La crisis abierta entre Junts y ERC, que puede dar al traste con el actual Govern, tiene mucho que ver con el enfrentamiento, casi personal, que el fugado Carles Puigdemont mantiene contra los republicanos catalanes. Un enfrentamiento que comienza cuando decide huir de España tras constatar que su destino más probable tras el referéndum de octubre de 2017 y la efímera declaración de independencia pronunciada a finales del mismo mes sería el de la prisión. Es cierto que en aquellos momentos, el separatismo oficial justificaba tanto su escapada como la decisión del secretario general de ERC, Oriol Junqueras, de entrar en la cárcel por la intentona golpista. Sin embargo, ya en aquellos momentos se larvaba la guerra entre ambas formaciones que hoy es completamente abierta.
Puigdemont, en diversos mensajes publicados en Twitter estos días, ha arremetido contra ERC, acusando a los republicanos de populismo y de antipolítica, entre otros adjetivos. Y sus peones en Cataluña son los que están haciendo campaña en Junts por la salida de esta formación del Ejecutivo que preside el republicano Pere Aragonés, incumpliendo ellos mismos la condición acordada por la ejecutiva del partido de que los líderes no se inclinarían públicamente por ninguna opción.
Los resultados, a las 17.05 del viernes
La consulta entre los casi 6.500 afiliados de Junts ha comenzado este jueves y concluirá mañana. Los resultados se conocerán a las 17.05 horas del viernes y será en esa misma jornada cuando la cúpula del partido tome una decisión. Mientras tanto, los partidarios de la ruptura del Govern siguen haciendo declaraciones y algunos de ellos, como el diputado Jaume Alonso Cuevillas, han ido más allá a la hora de pronunciarse sobre el futuro. Cuevillas ha alertado de que existe la posibilidad de que Junts también se rompa en dos. Una escisión sobre la que ya se habla desde hace meses y que tendría como protagonista a la cesada e investigada Laura Borràs, que en Cataluña seguiría siendo la voz de Carles Puigdemont.
El movimiento puede ser muy arriesgado. El hecho de que ERC presida el Govern ha tenido consecuencias como que Junts haya quedado eclipsado en los medios públicos y privados separatistas. Una situación que el mismo Puigdemont ha lamentado en los últimos días. Y es que a nadie se le escapa que un partido político sin repercusión mediática puede quedar fácilmente en la nada. Por otro lado, la triple crisis que se vive a nivel mundial (inflación, cambio climático y guerra) ha llevado a los catalanes a prestar cada vez menos atención al procés y Aragonés ha sabido hacer esta lectura, presentando un Govern volcado en la gestión del día a día y que ha dejado para momentos muy concretos la defensa de la amnistía y de un nuevo referéndum.
Así las cosas, Junts, pretendiendo acabar con ERC, puede terminar siendo víctima de su propia estrategia. Pero, sobre todo, víctima de un expresidente y unos cortesanos que no han sabido aceptar que las urnas colocaran por primera vez en Cataluña a los republicanos por delante de la derecha de toda la vida.