Según algunos lingüistas, décadas de administración y educación monolingüe en Cataluña han promovido la intransigencia en la población separatista, cada vez más intolerante con el castellano —lengua oficial en la comunidad y materna de la mitad de los catalanes—. Sin ir más lejos, esta semana, en la lección inaugural de la Universidad Autónoma de Barcelona, el escritor Màrius Serra tachó de «viles» a los defensores del bilingüismo educativo. Ayer, sin embargo, el episodio de hispanofobia no tuvo lugar en Cataluña sino en Madrid, donde el ex diputado de la CUP y periodista Antonio Baños se negó ante el juez a declarar en castellano por considerarla una «lengua extranjera».
Baños había sido citado ayer ante la juez por un delito de desobediencia al haber rechazado responder a las preguntas de Vox en el juicio del procés. No obstante, llegado el momento de declarar ante la magistrada Hortensia Oro Pulido, se negó a hacerlo argumentando que el castellano era una «lengua extranjera» —la juez le había pedido que se expresase en castellano por ser ésta la lengua oficial en la Comunidad de Madrid—. Cabe recordar que la lengua materna de Baños no es el catalán sino el castellano.
El hecho no tardado en ser contestado por diversas constitucionalistas. Entre ellas, la del líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa. «El señor Antonio Baños, de nombre y apellido evidentemente extranjeros, se niega a responder a la juez en la lengua de sus padres extranjeros. Una de las muchas razones por las que la gente sensata se opone a la independencia es por las gilipolleces que hacen los que la promueven», ha juzgado el dirigente liberal.