La Cambra de Comerç de Barcelona figura entre los organizadores de la manifestación con la que el separatismo más radical pretende celebrar el quinto aniversario del referéndum ilegal de octubre de 2017. La entidad, presidida por la empresaria Mònica Roca, se ha convertido en una de las patas sobre las que reposa la estrategia rupturista del fugado Carles Puigdemont, a través del anterior dirigente de la Cambra y hoy diputado de Junts, Joan Canadell.
Tras el rechazo del presidente del Govern, Pere Aragonés, y del secretario general de ERC, Oriol Junqueras, a declarar la independencia en el segundo semestre de 2023, tal y como exige la ANC, esta movilización se entiende como un nuevo acto contra el principal partido del Ejecutivo autonómico. Algo que ya sucedió con la manifestación del pasado día 11 y que tuvo como principal resultado la desvinculación de los republicanos de este tipo protestas.
La manifestación de Puigdemont
Entre los organizadores de esta nueva movilización destaca también el Consell per la República. Presidido por Carles Puigdemont, sigue siendo visto como un ente que, desde Waterloo, pretender marcar el paso al Govern de Aragonés. Algo que, de momento, no ha tenido resultados. El Consell está estrechamente vinculado a la ANC y comparten a algunos de sus integrantes. Es el caso del vicepresidente de la Assemblea, Jordi Pesarrodona, que también forma parte del órgano directivo de la asociación de Puigdemont.
Tras la celebración del 11-S, el Consell per la República emitió un comunicado en el que advirtió de que «quienes quieren pasar página y olvidar que hay un mandato democrático a culminar han recibido un baño de realidad». «El principio de realidad es tozudo», añadió la entidad, «y se ha expresado de manera masiva, inclusiva y transversal».