Pese a que tanto que la Educación y la rotulación en Cataluña es exclusivamente en catalán, el separatismo sigue insistiendo en que España persigue esta lengua. Y ello a pesar también de que, esta misma semana, el Gobierno central ha renunciado a solicitar impugnar ante el Tribunal Constitucional la ley catalana fraguada por los nacionalistas y el PSC para esquivar el 25% de castellano decretado por los tribunales. En cualquier caso, una muestra más de el Govern perservera en este relato es que ha vuelto a exhibirlo en Francia.
Y es que, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, entre los motivos que desgranó ayer para justificar la secesión de Cataluña, citó el problema de la «falta de reconomiento de nuestra lengua». Lo hizo en una mesa redonda en París durante la Universidad de Verano de la patronal francesa Medef, en el que también participaba el presidente de Córcega, Gilles Simeoni y el exprimer ministro francés Bernard Cazeneuve. A esta razón sumó la «gestión de los impuestos», pero, especialmente, «porque creemos que la mejor forma de gestionar una sociedad, la sociedad catalana, que tiene aspectos diferentes de la sociedad española (…) es ser un Estado independiente, y lo hacemos desde un profundo europeísmo». Por este motivo, reivindicó un referéndum pactado para formar parte de manera independiente de los «Estados Unidos De Europa».
Cazeneuve, por su parte, aprovechó la oportunidad para explicarle a Aragonès la gran desconfianza que suscitan en Europa las reivindicaciones nacionalistas. También le recordó que la UE solo aceptaría la secesión de una región que respetase las normas internas del país del que forma parte, cerrando la puerta así a los desafíos unilaterales con los que amenaza periódicamente el nacionalismo catalán.