La plaza del Diamante, de Mercè Rodoreda, es una de las novelas de la literatura catalana más queridas por el nacionalismo. El motivo, más allá de sus virtudes literarias —reconocidas por novelistas tan insignes como García Márquez o Tóibín—, es que está escrita en la lengua de Pompeu Fabra. Cabe recordar que otros clásicos de la literatura catalana como Últimas tardes con Teresa, de Marsé o La ciudad de los prodigios de Mendoza no son consideradas como tales por el nacionalismo debido a que se escribieron en la otra lengua de Cataluña: el castellano.
Siendo así, no es extraño que parte del separatismo se haya rasgado las vestiduras por el hecho de que en la reciente edición inglesa de la novela figure en la portada, aunque de fondo, la catedral de la Almudena. Esta iglesia, como es sabido, no solo se encuentra ubicada en Madrid —la novela transcurre en Barcelona—, sino que ni siquiera existía en la época de la acción —los años 30—.
Por otra parte, los promotores del libron no han considerado a Cataluña como un país separado de España. Así, en la promoción de la novela de Rodoreda no han tenido en problemas en venderla como la «más bella novela española». Distintos usuarios separatistas han manifestado su malestar en las redes por estos hechos, recordando que la traducción ha contado con la ayuda del Institut Ramon Llull. Asimismo, el diario secesionista El Nacional ha publicado una noticia haciéndose eco de la polémica.