Parte del separatismo sigue sembrando dudas sobre la autoría de los atentados islamistas de las Ramblas —de los que hoy se cumplen cinco años—, considerándolos un crimen de falsa bandera y atribuyéndolos a una conspiración urdida por las cloacas del Estado central para frenar el separatismo. Reflejo de ello es que esta mañana, en el acto de homenaje a las víctimas del suceso y delante de las autoridades, un grupo de secesionistas ha irrumpido con carteles que rezaban «Queremos saber la verdad» y gritando «Estado español asesino».
Su beligerancia ha sido tal que no han respetado el minuto de silencio, durante el cual han proseguido con la retahíla de improperios, ante los familiares de las víctimas y los políticos presentes: los ministros Miquel Iceta y Raquel Sánchez, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el president Pere Aragonès y la alcaldesa Ada Colau.
Llamativamente, al terminar el acto la presidenta del Parlament y procesada por corrupción Laura Borràs se ha acercado a saludarlos calurosamente y agradecerles su presencia allí. Por otra parte, figuras como el exconseller de Interior Quim Forn han alimentado la teoría de la conspiración asegurando que el Estado aún no ha despejado todas las incognitas respecto al caso, visión que comparte con Puigdemont y su entorno.