La pugna por alcanzar la hegemonía en Cataluña está llevando a los partidos separatistas a adoptar estrategias aparentemente opuestas. Mientras Esquerra Republicana de Cataluña ha optado por intercambiar apoyos al Gobierno central a cambio de cesiones de poder autonómico, Junts per Catalunya se ha inclinado por la vía de la confrontación con el Estado. Los neoconvergentes quieren arrancar el protagonismo a los republicanos y su mesa de negociación, con lo ha organizado una serie de convocatorias y protestas en torno a la celebración del quinto aniversario del golpe del 1 de octubre.
En particular, el Consell per la República —controlado por Junts— ha convocado a los ciudadanos a acudir a los colegios en los que pasaron la noche antes de votar al día siguiente en 2017 para recordar la «violencia» española según ha explicado a EFE Antoni Castellà, responsable de relaciones institucionales del órgano comandado por Puigdemont. «Queremos poner muy de manifiesto que el 1-O ganamos y que, por lo tanto, esa victoria sigue vigente», ha explicado. «Este 1-O no puede ser solo una reivindicación de lo que pasó hace cinco años, también debe ser un acto de reafirmación, porque aquel resultado nos legitima políticamente. Este 1-O debe marcar un antes y un después, debe haber un cambio de ciclo», añadió, esperando que el acto sea «masivo».
Intervención telemática de Puigdemont
La idea detrás de convocatoria es que, frente a la estrategia pactista de ERC, el objetivo sigue siendo la secesión sin más dilaciones, destacando así la supuesta pusilanimidad de los republicanos. La ocupación de los centros será una previa a la manifestación del día siguiente en el Arc de Triomf de Barcelona. Allí, Puigdemont intervendrá telemáticamente desde Bélgica. Se espera que a la cita acuda la ANC, Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), el sindicato Intersindical-CSC y la Cámara de Comercio de Barcelona.