Andrea Breanna es mexicana, transgénero y fundadora/CEO de RebelMouse, una agencia creativa y plataforma CMS para marcas y empresas de medios que llega a 160 millones de personas mensualmente. Antes, fue CTO de The Huffington Post en New York. Forma parte del Consejo Asesor de Consumidores de American Express y es asesora de Lerer Hippeau Ventures. Profesional carismática y reconocida en Estados Unidos, Andrea es abiertamente transgénero e innovadora en el sentido amplio de la palabra. Vive con su esposa y sus 4 hijos en Brooklyn NY y, según ella misma afirma, no es clasificable. “I don’t fit in boxes”.
En 1997, fue Cum Laude en la Galatin NYC, para “gente con excepcionales talentos”
Cuando ingresé, era sólo una división de la Universidad de NYU. Antes, había intentado entrar en la Liberal Arts en Science de la NYU, pero ni siquiera superé las pruebas.
¿Por qué?
Me dijeron “leímos la aplicación que nos mandaste…estás estudiando historia y literatura, pero también cálculo, química, biología y fotografía. Nos parece que estás muy confundida.”
Eso es lo que querían en Gallatin
¡Si! Buscaban personas con muchas pasiones, aunque ni lo supieran ellas mismas. Cada semestre, podías escoger cuatro clases. Las visité todas. Si los profesores eran aburridos, no me inscribía. Encontré profesores increíbles ¡qué inspiración! Fui a tantas clases, que me gradué medio año antes de lo previsto. Fue una maravilla.
¿Cuál fue su conclusión?
Hay que seguir en lo que te interesa, en tus pasiones. Pero no hay que meterse en la cajita que te preparan y decirte a ti mismo “voy a ser sólo biólogo” o “político” o lo que ponga en la caja.
¿Y después?
Entré en el Interactive Communications Program, donde lo que haces es arte, en forma de tecnología. Buscaban gente que, por decirlo así, quisiera ser médico, pero también bailarina. En Estados Unidos la formación es cara, costó algo así como 50.000$ en dos años, pero para mí, fue más divertido que cualquier cosa en el mundo.
Ese entorno debe ser interesante…
Allí empezó, por ejemplo, Four Square, una compañía importante, y no tanto por su tamaño, sino por cómo inspiró a otros, y al al final, por cómo la copiaron. Ocurre siempre. Y allí conocí a Jonah Peretti, cofundador de Huffington Post.
Por cierto, Jonah vivió una historia épica con Nike
Nike daba la oportunidad de encargar un par de zapatillas deportivas personalizadas, como una forma de empoderamiento de sus clientes, incluyendo un eslogan.
Y Jonah pidió que le cosieran el eslogan “sweatshop”, taller de explotación.
Nike respondió que el pedido contenía jerga inapropiada y que presentase un nuevo pedido. Jonah argumentó que, según el Diccionario Webster, la palabra «sweatshop» es de la década de 1890, y por tanto no era «jerga inapropiada».
Hubo una toma y daca de emails
Si, con bastante sentido del humor. Jonah reenvió la cadena de emails a unos pocos amigos. Ellos lo reenviaron a otros… y en nada, la conversación alcanzó a millones de usuarios. Todo el mundo empezó a hablar de “sweatshops”, explotación infantil y este tipo de temas.
¡Se hizo viral! Pura álgebra… una de sus habilidades
Lo que me fascina, más que nada, es lo que se llama “contagious media”. Crear algo tan contagioso que sólo necesitas mostrárselo a unos pocos amigos para que se haga inmensamente popular, sin necesitar departamento de marketing ni presupuesto de medios.
Aplicable a muchas iniciativas
Jonah Parreti y su hermana Chelsea trabajaron en proyectos que combinaban arte y un sentido del humor increíble. Por ejemplo, la “Rejection Hotline”. Si eras una chica, estabas en un bar y un chico te pedía tu teléfono, le podías dar ese número y cuando el chico llamaba le contestaban “¡Oh, Perdón! Te dieron el número del Rejection Hotline…” (risas)
Entonces, crearon “Contagious Media Research”
Si. Y un poco después, Huffington Post. La primera vez que no era por amor al arte, sino para ganar dinero. Allí, trabajamos la escala. Como conseguir que un artículo utilizara buscadores como Google o redes sociales como Facebook para multiplicar su difusión.
Y funcionó…
En ese momento, el New York Times o el Washington Post tenían una visión un poco tecnofóbica, querían un periodista al modo “typewritwer”, pero muchos periodistas son curiosos, aman los cambios en el mundo y quieren ser parte de ellos. Nuestro sistema les enseñaba cómo ser populares, cómo publicar un anuncio que fuera el número 1 en Google.
¿Como se consigue esto?
Es complicado. Pero hay tácticas que puedes usar. Por ejemplo, Google te da crédito si les aportas links útiles. Quieren saber quién informa a la gente y priorizarlo. De pronto, se produjo un tsunami en Japón. Los grandes periódicos estadounidenses estaban aterrorizados de hacer “linkout” a otros medios, un poco como un marido celoso.
Y ustedes hicieron “linkout”
Si. Y demostramos que, si eres el número 4 o 5, pero pones links, Google dice “estas 4 páginas son similares, pero esta pone links a las otras, entonces es la mejor, la subimos arriba”.
Y fueron creciendo…
Hasta superar primero al Washington Post, y después, al New York Times. Fue increíble. Entonces, vendimos la compañía a AOL, en parte por la audiencia y en parte por la tecnología. Pero yo no quería seguir en AOL, porque era una propuesta del pasado. Entre otras cosas, su CMS no era “Cloud Based” y los tiempos piden sistemas más ágiles y dinámicos.
¿Son los gestores de contenido actuales lentos?
Hace cinco años, en Google se dieron cuenta que su “core business”, la búsqueda, estaba amenazado. Porque si las webs que visitamos son lentas o complicadas, nos vamos. Hoy, el 80% de las páginas web no pasarían las “Core Web Vitals”. Después de un año de esfuerzo de WordPress, Drupal o Joomla, se mejoró un escaso 3%. Es un problema muy grande. Es lo que intentamos resolver en Rebel Mouse.
¿Cómo?
A través de sistemas de gestión de contenido distribuido, y herramientas para aumentar el alcance orgánico, con las que atraemos a 50 millones de personas al mes en el mundo. En Huffington Post, gastábamos 5 millones de dólares al año en desarrollo de tecnología y nosotros ofrecemos al usuario una tecnología del mismo nivel, por 5.000 dólares al mes.
El contenido ¿es el nuevo marketing?
Asi es. Y pensemos que la programatic advertising, es decir, el uso de Inteligencia Artificial y aprendizaje automático para comprar publicidad en tiempo real, acaba violando nuestra privacidad. Nuestros clientes saben que el contenido es la forma éticamente correcta para encontrar clientes de forma orgánica.
¿La tecnología es, básicamente, dinero?
Demasiadas veces creemos eso. Si quieres hacer arte y usas tecnología, será un arte más poderoso, más creativo y, de una forma u otra, la propuesta acabará en plataformas o empresas muy grandes. Pensemos que mucho de lo que queremos hacer son juegos. Quizás era un juego lo que Marc Zuckerberg hacía en el colegio. Y, cinco años después, ¡bum! es Facebook.