En un ya lejano 2013, el hoy presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras, amenazó con parar la economía catalana una semana para forzar al Ejecutivo central a convocar un referéndum secesionista y respetar así «los derechos democráticos de Cataluña». Posteriormente, la idea de boicotear la economía para dañar al conjunto del Estado y a los propios ciudadanos catalanes la recuperó durante el procés la secretaria general de ERC y fugada de la Justicia, Marta Rovira, según informa hoy el diario El Mundo.
Así, según un informe de la Guardia Civil incluido en la causa del caso Voloh, Rovira remitió un correo a distintos cargos del partido con «propuestas de desobediencia ante la aplicación del artículo 155» que pasaba por boicotear a bancos, empresas, medios de comunicación y restaurantes. De este modo, instaba a no obedecer cualquier «decisión curricular procedente de Madrid» para «atacar el modelo de escuela inclusiva catalana» —lo cual ha acabado cumpliéndose en la actualidad—, «desobediencia funcionarial» ante el 155, «vaciar depósitos bancarios», «devolver recibos de consumo» de electricidad o teléfono o «no compartir espacios con las fuerzas de ocupación» [la policía vista desde el prisma separatista].
Boicot a los medios constitucionalistas
Finalmente, recomendaba el «boicot a medios de comunicación contrarios a la independencia», no consumir medios en papel o digitales que justifiquen el 155» y boicotear bares y restaurantes que no pusieran TV3.