Aunque en muchas ciudades de Cataluña el ‘top manta’ está presente todo el año, es en verano cuando las mafias de manteros toman de manera masiva las calles para vender mercancías ilegales y falsificaciones al margen de la ley.
No podemos soportar que sigan degradando y ensuciando con su presencia los principales focos turísticos y la imagen de Cataluña. No se puede ni se debe tolerar una actividad que genera saturación en determinadas vías públicas, restringe la libertad de movimientos, genera ruidos excesivos, y constituye un agravio desleal para todas las actividades que sí requieren de una licencia municipal.
Esta práctica está contribuyendo a un aumento muy preocupante de la economía sumergida, precarizando el trabajo, destruyendo negocios y puestos de trabajo directos. El ‘top manta’ promueve delitos contra la propiedad industrial por la venta de falsificaciones y pone en serio peligro la salud de los consumidores con productos que no han pasado los pertinentes controles sanitarios europeos, tal y como señalan las principales asociaciones económicas de la región.
El ‘top manta’ promueve delitos contra la propiedad industrial por la venta de falsificaciones y pone en serio peligro la salud de los consumidores con productos que no han pasado los pertinentes controles sanitarios europeos.
Pimec Comerç, en el último verano antes de la pandemia, cifró en 130 millones de euros el impacto negativo que el «top manta» tuvo sólo para la economía en la ciudad de Barcelona. Cuando se hicieron estos cálculos, tuvieron en cuenta la presencia de unos 900 manteros, aunque también en época de máxima afluencia pueden llegar incluso a los 2.000.
Pimec Comerç, en el último verano antes de la pandemia, cifró en 130 millones de euros el impacto negativo que el «top manta» tuvo sólo para la economía en la ciudad de Barcelona.
Por eso, desde el Parlamento de Cataluña, VOX ha exigido a los gobernantes que trabajen para ayudar al comercio legal, el que paga sus impuestos y ofrece seguridad en la calidad de sus productos. El comercio se siente desprotegido, desamparado y menospreciado por la indiferencia y la falta de medidas de las administraciones.
Muchos ayuntamientos, como el de Barcelona, permiten que las mafias actúen impunemente ejerciendo un ‘efecto llamada’. Otros municipios están absolutamente desbordados a la hora de luchar contra esta práctica ilegal y es ahí donde la Generalitat de Cataluña tiene que hacer valer sus competencias en seguridad ciudadana y contra el crimen organizado.
La Consejería de Interior forma parte de la Junta de Seguridad de Cataluña, tiene que poner todos sus medios a disposición para combatir las mafias de manteros, ayudar a los ayuntamientos a restablecer el orden en la vía pública y acabar con esta degradante actividad.
VOX seguirá exigiendo una acción transversal contra estas mafias, que dejen de blanquear el “top manta”, que la izquierda separatista aparque sus complejos y que se pongan del lado de los comercios e industrias que sí cumplen la ley.