ENTREVISTA / Carlos Silva (Docents Lliures): «Los profesores estamos en primera línea de combate del frente ideológico»

Esta plataforma representa a "docentes disidentes con las políticas de homogeneización ideológica"

Carlos Silva, portavoz de Docents Lliures / Docentes Libres.

La lengua ha venido a sustituir en Cataluña al objetivo de la declaración unilateral de independencia. A falta de esperanza en la ruptura con España, el separatismo ha optado por reforzar la inmersión lingüística. Sobre todo a raíz de la sentencia del TSJC que obliga a la Generalitat a que se imparta un mínimo del 25% de las clases en castellano. Como era de esperar, el Govern de ERC y Junts no piensa cumplir el mandato judicial. Y en estas aguas turbulentas se ha presentado en sociedad la entidad Docents Lliures / Docentes Libres, cuyo portavoz, Carlos Silva (Barcelona, 1965), explica que tiene como objetivo dar voz a aquellos profesores que ven afectado su día a día por la imposición del catalán en las aulas. Silva asegura que son profesionales que no comparten «la utilización política de la educación» y denuncia que la inmersión es una «imposición» que pasa «por encima de los derechos e intereses de los alumnos».

¿Cómo y por qué nace Docents Lliures?

La inicativa parte de la evidencia de que existía un déficit de representación en el debate público de los docentes, tanto de primaria como secundaria, que se oponen al discurso nacionalista y abogan por la neutralidad en la educación y de los centros educativos y que se oponen a diario en sus puestos de trabajo, en un contexto complejo y hostil, al adoctrinamiento y a la utilización política de la eneseñanza. El procés ha tenido como efecto colateral una consecuencia positiva, de normalidad democrática: el fortalecimiento de la sociedad civil a favor de los derechos, las libertades y el marco constitucional como espacio compartido de convivencia. Asociaciones ya existentes se han hecho más fuertes y han nacido nuevas plataformas y asociaciones que luchan contra los abusos de la administración autonómica o que defienden los derechos de las familias y de sus hijos. Somos más y estamos mejor organizados. Sin embargo, un grupo de profesores constatamos que carecíamos de una plataforma que pudiese servir como altavoz al sector educativo, un sector de la sociedad no solamente implicado e interesado en lo que sucede en Cataluña, sino en primera línea de combate del frente ideológico creado por el nacionalismo en los colegios e institutos en su proyecto de construcción nacional. Un grupo de entre los muchos docentes que no compartimos la utilización política de la educación, constatamos y coincidimos en la existencia de esta carencia y en la necesidad de poner en marcha la creación de esta herramienta. El resultado final es esto, el nacimiento de Docentes Libres/Docents Lliures y su presentación en sociedad el pasado 14 de junio a través de un comunicado con motivo de los exámenes de selectividad de este año, denunciando la imposición de la política lingüística de la Generalitat por encima de los derechos e intereses de los alumnos y reclamando el fin de la discriminación de la lengua española en los cuadernos de examen. 

 ¿Cuáles son los objetivos de esta plataforma?

Los docentes disidentes, no complacientes, con las políticas de homogeneización ideológica de la educación por parte del nacionalismo, sufren una doble situación de silenciamiento y de aislamiento en sus respectivos centros educativos. Los objetivos de Docentes Libres se articulan en torno a esos dos ejes. Por un lado, queremos romper ese silencio. Queremos tener voz en el debate educativo y en la actualidad informativa en todos aquellos temas que afecten a la educación y estén relacionados con su utilización política y con la falta de neutralidad de la administración educativa. Queremos ser la voz de esos docentes libres. Por otro lado, queremos romper la soledad de los docentes constitucionalistas. El aspecto emocional es un aspecto que siempre queda al margen del debate público, pero que pensamos que es clave en lo que afecta a las personas que se enfrentan a la apisonadora totalitaria del nacionalismo. Queremos crear una red de contactos y de apoyo que logre acabar con el aislamiento y la abrumadora sensación de soledad de los docentes disidentes. Creo que ambos objetivos tienen la misma importancia. Dar voz a un colectivo que disiente del discurso dominante es darle entidad, reconocer su existencia. El nacionalismo siempre construye su discurso sobre falsos consensos, mentiras y falsas unanimidades. Si los profesores constitucionalistas están callados, no existen y, por lo tanto, todos los docentes son nacionalistas. Vamos a demostrar que esto es mentira. Dar apoyo a un colectivo que se siente abandonado y solo es darle fuerza para seguir resistiendo y para perder el miedo a dar la cara, manifestarse y oponerse públicamente. Es darles fuerza para ser más libres. No sabría decir cuál de los dos aspectos me parece más importante.

Estás etiquetado por gente que ni siquiera te conoce, te tratan con una mezcla de cautela, desconfianza y miedo porque se te considera potencialmente peligroso y no fiable ideológicamente

Carlos Silva

¿Cómo es el día a día de un profesor constitucionalista en los centros educativos catalanes?

Pues, como decía antes, en la mayoría de casos es un día a día de silencio y de aislamiento. Las razones del silencio son múltiples y dependen de cada persona. Puede ser el silencio por comodidad de quien no quiere buscarse problemas, prefiere vivir tranquilo, no significarse y no complicarse la vida. Puede ser un silencio de miedo, porque en la mayoría de casos tu continuidad laboral en el mismo centro dependerá directamente del equipo directivo y es evidente que oponerte, discutir, ser una piedra en el zapato del director, no es la mejor receta para consolidar tu situación laboral. Pero también está el día a día de los docentes que no callan, ya sea porque pierden el miedo o porque, por su situación laboral o personal, no tienen nada que perder y se manifiestan de manera abierta y libre. Aunque no se pueda actuar directamente contra ellos, estos profesores siempre pagan un precio personal. Es una situación de desgaste psicológico. Estás etiquetado por gente que ni siquiera te conoce, te tratan con una mezcla de cautela, desconfianza y miedo porque se te considera potencialmente peligroso y no fiable ideológicamente. Y eso tiene también un precio profesional, porque sabes que tu carrera docente se va a limitar a hacer tu trabajo lo mejor posible, ya que se te va a valorar y vigilar con especial severidad, y vas a estar excluido de cualquier posibilidad de promoción profesional a nivel de equipos directivos o coordinaciones. 

AMES ha denunciado recientemente el adoctrinamiento en las aulas de Bachillerato a través de los libros de Historia. ¿Es algo que sucede en todos los niveles educativos? Puedes ponerme algunos ejemplos?

Sí, ocurre en todos los niveles, como la propia AMES había denunciado en un informe anterior, pero esta manipulación es especialmente grosera en el bachillerato, de ahí que consideremos relevante este informe. El adoctrinamiento a través de los libros de historia es inevitable porque el adoctrinamiento es una parte intrínseca del propio sistema educativo catalán. Los currículos, el temario, se articulan con ese objetivo adoctrinador por lo que las tergiversaciones de los manuales lo único que hacen es dar voz a las exigencias del Departament d’Ensenyament de la Generalitat. Cuando los libros de texto manipulan y mienten lo que están haciendo es contentar al cliente, la Generalitat, que como todo cliente, siempre tiene la razón. El problema ahí, como en tantos otros temas, es el Gobierno de España que no actúa para acabar con esta sinrazón. Sin una homogeneización de contenidos nacionales mínimos, sin un control de la inspección educativa para garantizar la neutralidad y cumplimiento de la ley, es un problema sin solución. La Generalitat siempre hará lo que se le permita. La culpa es de quien lo permite. Pero en mi opinión hay otro aspecto tan preocupante como la manipulación de los libros de texto que es el de numerosos docentes, especialmente también en los departamentos de historia, que hacen suyo ese discurso y que ven su asignatura como un púlpito con bula para el adoctrinamiento. He vivido numerosas situaciones en las que estos docentes disfrazan de pensamiento crítico lo que son meros sermones nacionalistas o antisistema, catecismo que acaba ocupando el lugar del conocimiento de la realidad histórica y empírica en la mente de los alumnos.

Sin una homogeneización de contenidos nacionales mínimos, sin un control de la inspección educativa para garantizar la neutralidad y cumplimiento de la ley, es un problema sin solución

Carlos Silva

¿Cómo pueden actuar las familias en esta situación?

Es esencial que las familias revisen los libros de texto de sus hijos con una mirada crítica y no acepten manipulaciones obscenas. Pero es esencial también la comunicación con sus hijos. Tienen que hablar con ellos, saber lo que pasa en clase, lo que les dicen los profesores. Los alumnos son de todo menos tontos, y por suerte y a pesar de muchos, tienen un cierto sentido crítico innato, olfato para detectar cuando les están vendiendo mercancía defectuosa. Hablen con ellos, entérense de qué pasa en las aulas, en los centros e implíquense. Y si hay algo que no les gusta o no ven claro, denúncienlo. Hay muchas maneras de denunciar una situación en un centro educativo, y no me refiero a la vía judicial. Hablen con los equipos directivos, y si no responden a sus quejas, háganlo por escrito. Les garantizo que el sistema escucha a los padres y es sensible a su presión. Las situaciones que denunciamos y de las que estamos hablando no funcionan por sí solas, necesitan el silencio y la indiferencia de las familias.

Pensábamos que con la sentencia del 25% casi enterraríamos la inmersión lingüística pero el Govern incumple el mandato judicial y no pasa nada. ¿Qué opina de la situación que se está viviendo a raíz de la negativa de la Generalitat a aplicar esta sentencia?

El Govern no sólo incumple las resoluciones judiciales, sino que hace gala de incumplirlas y llamamientos a los centros educativos para que sean el brazo ejecutor del incumplimiento. Es una situación de una anormalidad democrática absoluta, una aberración impensable en cualquier democracia de nuestro entorno. Pero no estoy de acuerdo con que no pase nada. Están pasando cosas, cosas nuevas y de una trascendencia inédita. Y el Govern de la Generalitat lo sabe. Las resoluciones judiciales se deben cumplir. Eso es insoslayable. Si no fuese así, estaríamos legitimados a dudar que España fuese una democracia plena. De algo tan importante como eso estamos hablando. No tengo ninguna duda de que la Generalitat va a intentar incumplir la sentencia del 25%, y que va a utilizar todas las estratagemas y trampas posibles para incumplirla, y que tiene a todos sus servicios jurídicos trabajando en ello. Pero con la misma certeza, no tengo ninguna duda de que la tendrá que cumplir y que, finalmente, la cumplirá. La doctrina jurídica creada a partir de las sucesivas sentencias contrarias a las pretensiones del Govern es tan sólida que, si no hace lo que debe, lo volveremos a denunciar. Y volveremos a ganar. Una y otra vez. Porque la Ley sólo tiene un camino. Y si se obstina en la desobediencia, habrá que ir a por la inhabilitación del Conseller. Y si se le inhabilita y nombran a otro Conseller y vuelven a incumplir la sentencia, llegará el momento de pensar en exigir la inhabilitación y suspensión de empleo y sueldo de aquellos funcionarios públicos que hacen posible esta ilegalidad. Y creo que en ese momento terminará el juego al gato y al ratón entre la administración nacionalista y el cumplimiento de la ley.

Parafraseando a Raimon, los constitucionalistas catalanes venimos de un silencio antiguo y muy largo. No esperamos nada en absoluto de este gobierno

Carlos Silva

¿Docents Lliures confía en que el Gobierno central pueda ayudar a solventar el problema o cree que, por el contrario y como viene siendo habitual, los constitucionalistas catalanes tendrán que sacarse ellos solos las castañas del fuego?

No se trata de que el Gobierno de España pueda o no ayudar a solucionar el problema, es que tiene el deber de hacerlo y es el único que puede hacerlo. El abandono de los ciudadanos que defendemos la Constitución y el Estado de Derecho en Cataluña por parte de los sucesivos Gobiernos nacionales, nuestra utilización como moneda de cambio en sus cambalaches políticos de gobernabilidad, es una ignominia que será estudiada en los manuales de historia del futuro, al menos en los manuales de otras comunidades autónomas. Nuestra soledad es absoluta e histórica. Parafraseando a Raimon, los constitucionalistas catalanes venimos de un silencio antiguo y muy largo. No esperamos nada en absoluto de este gobierno. Ha demostrado durante su legislatura sus prioridades y sus preferencias. También tenemos que decir que en lo que respecta a este tema, el Gobierno Sánchez no representa una gran diferencia en comparación con el abandono sufrido por parte de anteriores gobiernos de uno u otro signo. Digamos que estaríamos hablando de distintas tonalidades dentro de la gama del abandono absoluto. Estamos atentos a lo que pueda traer el futuro. Esperanzados, porque la situación no puede ser peor, pero tremendamente críticos. No tenemos adscripción política, esa no es nuestra batalla, vamos a vigilar y juzgar con la misma severidad y los mismos principios a cualquier gobierno futuro y les vamos a exigir que garanticen lo mismo: neutralidad en los centros educativos, fuera la política de nuestras aulas, libertad y respeto a los derechos de todos por la mejor educación para nuestros hijos.

Para acabar, ¿cómo lo hace un profesor constitucionalista para no tirar la toalla y dejarse llevar por la corriente del procés?

Supongo que se conjugan varios elementos. En primer lugar, teniendo la convicción de que no hay paz ni tranquilidad personal que compense la sumisión a una situación injusta. Es un compromiso ético que no es una opción. Nunca me he planteado este dilema. Tengo claro que preferiría estar haciendo otras cosas, pero no podría ser un espectador y autoengañarme pensando que lo que ocuree no va conmigo.Por último, siendo un optimista patológico. Creo que todo lo que se hace se puede deshacer y que por muchos errores que se hayan cometido, por muchos acontecimientos de tremenda gravedad que hayan ocurrido o estén sucediendo, siempre hay una posibilidad de volver a hacer las cosas y de hacerlo mejor, y de hacerlo bien. Y supongo que teniendo también un sentimiento ingenuo y un poco infantil de que al final, el Bien y la Justicia siempre triunfan. 

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3 COMENTARIOS

  1. gran entrevista. el entrevistado y la asociación que representa merecen el respeto y apoyo de todos los docentes decentes.

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