La posible reactivación de la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat ha llevado al fugado Carles Puigdemont a reivindicar la unidad del independentismo. El ex presidente ha vuelto a demostrar que teme que la negociación promovida por ERC y Pere Aragonés pueda tener un buen resultado y de ahí que también se haya puesto la venda antes de que se produzca la herida con un mensaje en el que ha subrayado que, a día de hoy, el Gobierno central no ha puesto sobre la mesa ninguna propuesta que satisfaga al separatismo más radical, que es el que él representa.
En un hilo de mensajes publicado en Twitter, Carles Puigdemont ha pedido a los separatistas hacer «un replanteamiento» que «solo puede ser unitario» para ser «eficaz». «Recuperemos la estrategia y la iniciativa», ha exigido, «reagrupemos fuerzas, reafirmemos confianzas respetémonos todos». También ha indicado que «no sobra nadie» y ha añadido: «Ni los llamados hiperventilados, ni los tildados de procesistas, lliristes y octubristas, ni los de la paguita, ni los tuitstars, ni los convergentes… El referéndum lo hicimos con todos ellos. La fórmula ya la sabemos. Y aquel día ganamos».
Puigdemont también ha arremetido contra el Estado, el Gobierno central y los partidos políticos españoles. A todos ellos les ha acusado de formar parte de un país «que tiene los fundamentos podridos». Ha criticado a la monarquía y, sobre todo, a la Justicia, de cuyos miembros ha dicho que «hacen política, delirando con tramas rusas mientras tienen delante de sus narices la madre de todas las tramas y no hacen nada».
El ex presidente, finalmente, ha pedido que, antes de que el Govern se siente con «un representante del Estado», ha de tener claro que «no se puede dialogar como el que habla con un funcionario europeo de los Next Generation». «Para ir a dialogar con esta gente», ha añadido, «todas las precauciones son pocas».