Para el separatismo, Cataluña no acaba en la frontera francesa, sino que también abarca el territorio del Rosellón, al que denomina «Catalunya Nord». Esta reivindicación no es minoritaria, sino que la hecho suya figuras tan relevantes como por el expresidente de la Generalitat y fugado de la Justicia Carles Puigdemont, que hace un par de años celebró en la capital de este territorio, Perpiñán, un mitin multitudinario. «Celebro estar de nuevo en Cataluña», fueron sus palabras entonces. Siendo así, no es una realidad fácil de digerir para el nacionalismo catalán que en esta región la ultraderecha francesa arrase una y otra vez.
Y es que, en la segunda vuelta de las elecciones legislativas que se celebraron ayer en Francia, el partido liderado por Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional, ha obtenido la victoria en las cuatro circunscripciones de la citada región. Esta victoria, además, se ha producido por un amplio margen, pues en las cuatro circunscripciones la extrema derecha ha superado el 50% de los votos.
Tercera fuerza a nivel nacional
Por lo que respecta al resto de Francia, el partido ultra ha resultado ser la tercera fuerza más votada, pasando de 7 a 89 diputados. Pese a este sensible crecimiento, la formación aún se encuentra lejos de los 245 parlamentarios conseguidos por Emmanuel macron o incluso de los 127 obtenidos por la izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon.