Acaba de presentar su último libro, Futuro, ¿qué futuro? Claves para sobrevivir más allá de la pandemia. En El Crash de 2010, vaticinó que viviríamos una crisis parecida a la del 1929 y, desde entonces, a Santiago Niño Becerra se le escucha atentamente cuando augura cosas. Catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramón Llull y asiduo de diversos programas en televisión, augura corporaciones más grandes, estados más pequeños, más desigualdad, menos clase media y trinomio social a tutiplén (“renta básica, marihuana legal y ocio gratuito”). ¿Qué futuro nos espera?
Arriba, la “tecno-élite”. Debajo, asalariados sobreexplotados. La clase media, descompuesta. Nuestra juventud, aliviada por el ocio gratis, la marihuana legal y la renta básica. Señor Niño Becerra, ponga fecha al Apocalipsis.
Ni siquiera San Juan le puso fecha, así que calcule si podría yo.
¿Qué podría retrasar el fin de los tiempos?
Me niego en rotundo a hablar de Apocalipsis, porque, San Juan lo explicaba muy bien, eso es el fin de los tiempos, el Juicio Final y el dragón de las siete cabezas. Estamos viviendo una transición como ha habido otras.
¿Ha habido algún momento en la historia comparable al actual?
Pues sí, la década de 1780. En ese momento, ya se estaba viendo que había una clase nueva emergente, la burguesía, que necesitaba un cambio y que hizo lo necesario para que este cambio se produjera. Estamos en una situación estructural semejante, sustituyendo burguesía por grandes corporaciones y mercados locales por oligopolios totales.
En 1780 había una clase nueva emergente, la burguesía, que necesitaba un cambio y que hizo lo necesario para que este cambio se produjera
Santiago Niño Becerra
¿Rodarán cabezas?
Evidentemente, ahora no se va a cortar el cuello a ningún rey. Tampoco va a producirse nada como las guerras napoleónicas. Porque ahora, la situación militar es muy distinta. Pero estructuralmente, sí que es muy parecido.
En consecuencia, alguien caerá, como entonces cayó la aristocracia.
Poniéndole todos los filtros, si hay una figura que ahora vaya a pagar el pato, como lo hizo esa aristocracia que fue perseguida a finales del siglo XVII y declinó en el siglo XIX, esa es la clase media. La clase sacrificada en el tránsito del sistema mercantilista al sistema capitalista fue la aristocracia. La clase sacrificada en el tránsito del sistema capitalista al sistema que ahora venga, será la clase media.
¿Cambiará el mundo tanto como cambió entonces?
Si. El año que viene o el siguiente ya se definirá un nuevo modelo. Será una secuencia parecida a lo que sucedió tras la crisis de 1929. Y si el sistema capitalista tiene una duración semejante al de otros sistemas en la historia, entre el 2060 y el 2070 entrará en marcha un nuevo sistema sustituyendo al capitalismo, que ya habrá dado de sí todo lo que podía dar.
La clase sacrificada en el tránsito del sistema capitalista al sistema que ahora venga será la clase media
Santiago Niño Becerra
Los Estados y la clase media son vasos comunicantes. Sin ir más lejos, las innovaciones más disruptivas han venido de los ejércitos, con financiación pública.
Los Estados son entes propios, como también lo era una monarquía absoluta en el siglo VXIII. Estados Unidos, por ejemplo. Cuando Northrop gana el concurso para desarrollar el bombardero estratégico furtivo de largo alcance B-21, hay un presupuesto público, pero si no existiese una corporación fabricante, el Estado no tendría B-21s. Esta simbiosis tiene fuerza porque ambos se apoyan, algo que en Europa se da menos.
Y así, los Estados dependen de las corporaciones
Si. Porque Northrop va a desarrollar el B-21. Pero si el Estado no se lo comprara, en un sistema de libre empresa, se lo podría ofrecer a cualquier otro Estado. Es mucho más independiente Northrop que el propio Estado.
¿Por eso dependemos de Estados Unidos, por ejemplo, en Ucrania?
Europa siempre ha dependido de Estados Unidos. En Ucrania, más. Europa tenía que haber ofrecido un acuerdo económico a Rusia y al cinturón de repúblicas que la rodean: Estonia, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Moldavia y Ucrania. Pero sólo ofrecimos el pacto a las tres primeras.
La compra de Twitter por parte de Elon Musk sigue en esta línea de concentración de poder
Santiago Niño Becerra
Nuestro mercado natural era hacia el Este…
Exacto. Por eso, Alemania tenía tanto interés en que Polonia o Checoslovaquia entraran en la Unión Europea. Europa siguió enganchada a Estados Unidos, que ahora está estancado, con una tasa de crecimiento más baja en 40 años, salarios a niveles de los años 70 y una deuda exterior descomunal. Eso sí, con un dólar que es moneda refugio.
¿Están el dólar y la deuda exterior americana sobrevalorados?
Pienso que sí.
¿Quién va a salir reforzado de esta guerra y del cambio de modelo?
China y las grandes corporaciones.
Ya conocemos a los nuevos amos del planeta…
En “Futuro, ¿qué futuro?” explico que la suma de la facturación de las 50 principales compañías del mundo ya equivale al 25% del PIB del planeta. Está claro quién manda. Standard and Poors no tuvo ningún reparo en bajar la calificación de la deuda a Estados Unidos en el 2009. La compra de Twitter por parte de Elon Musk sigue en esta línea de concentración de poder.
¿Qué balance haría del capitalismo?
Hemos vivido momentos esplendorosos y muchas oportunidades, desde 1950 a 1975 y de 1996 al 2007, aunque España estuviera un poco al margen. Aparte de todos los patinazos que se produjeron.
En la época del ‘España va bien’, de cada 100 euros que una entidad financiera concedía como crédito hipotecario, 55 venían de fuera
Santiago Niño Becerra
¿Cómo empezó a estropearse todo?
Del 1996 al 2007, ya se veía que el modelo se estaba agotando. Se recurría a cosas raras como las subprime, la especulación o capitales golondrinas que buscaban rentabilidades. En la época del “España va bien”, de cada 100 euros que una entidad financiera concedía como crédito hipotecario, 55 venían de fuera… Eso dura lo que dura.
¿Entre todos la mataron y con la deuda se murió?
Una sociedad sólo es capaz de asumir un nivel determinado de deuda. Ahora, el problema para España es la deuda pública, que en el 2005 era del 37%, y ahora está en el 118%.
¿Cómo ve a Catalunya en el nuevo orden económico?
Un estudio que publicó la Revista Económica de Catalunya demostraba que la comunidad que tiene más deuda fiscal internacional es Catalunya, porque tiene que compensar el déficit fiscal al que se le obliga con deuda propia. Así difícilmente se puede progresar.
Lo único que Cataluña necesita es que se incorpore al Estatut al articulado económico del Estatuto de Guernica. Ya sería suficiente
Santiago Niño Becerra
¿Qué oportunidades tenemos?
General Electric o Siemens, por ejemplo, ¿ven a Catalunya interesante? Si las grandes corporaciones con el poder real quieren invertir, tenemos oportunidades.
Sin independencia ¿será posible tirar adelante?
En términos económicos, bajo mi punto de vista, lo único que Catalunya necesita es que se incorpore al Estatut el articulado económico del Estatuto de Guernica. Ya sería suficiente. Aún lo mejoraría más con la posibilidad de administrar los puertos aeropuertos y aduanas.
Eso es bastante diferente a un estado propio
Ya desde el imperio romano, la economía siempre ha ido por delante de la política.