Parte del separatismo catalán nunca ha ocultado sus simpatías por la izquierda radical vasca, mostrándose con frecuencia comprensivo con la violencia ejercida por el terrorismo nacionalista . Sin ir más lejos, el presidente de Esquerra Republicana de Cataluña, Oriol Junqueras, y el de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ofrecieron una rueda de prensa conjunta hace un par de meses para dar cuenta de su alianza estratégica en favor de la «liberación nacional» del País Vasco y Cataluña. Meses antes, ambos se fundieron en un abrazo ante las cámaras durante una marcha a favor de los presos de ETA.
El vínculo entre ambos movimientos ha vuelto a quedar reflejado en las amenazas vertidas por la plataforma secesionista Terrassa Antifeixista contra el próximo estreno en la localidad de un documental crítico con el entorno de ETA: Bajo el silencio, de Iñaki Arteta. «Lunes 23 de mayo en el Cine Cataluña, 19h. La extrema derecha y los provocadores permanentes de siempre se llena la boca de tolerancia cuando, en realidad, como un ejército de ocupación, imponen el españolismo en nuestra casa», ha publicado en redes la entidad radical, que ha acompañado su mensaje del hashtag #AlertaUltra.
Sociedad Civil Catalana, que ha organizado la presentación del film junto a la Asociación por la Tolerancia, ha advertido del boicot planeado por los radicales. «Los radicales separatistas quieren impedir nuestro acto en Terrassa en memoria de las víctimas del terrorismo. No vamos a dar ni un paso atrás», señaló ayer la entidad constitucionalista. El documental que ha despertado este rechazo entre el ultranacionalismo catalán se centra en cómo se vive en el País Vasco tras la disolución de ETA, evidenciando que las ideas políticas que empujaron a la banda terrorista al asesinato permanecen vigentes en muchos sectores de esta comunidad.