El grupo parlamentario de Vox ha mostrado su indignación tras ver cómo el separatismo y el PSC rechazaban sus propuestas contra la crisis, a pesar de que esta está afectando de forma especialmente grave a Cataluña. Así lo indicó ayer en el parlament el diputado Juan Garriga, quien recordó que, además, desde el inicio del procés en 2012, el PIB catalán ha caído un 5%. «No nieguen la realidad», exigió Garriga al Govern de ERC y Junts, «cada vez es más difícil vivir con dignidad y llegar a fin de mes en Cataluña».
Garriga presentó una batería de propuestas dividida en seis ejes: reforma fiscal «potente», medidas para los autónomos, plan de vivienda, ayudas a las familias, suministros y lucha contra el despilfarro «político e ideológico». Entre otras medidas, el diputado de Vox defendió cuestiones como rebajas en el IRPF para que los catalanes puedan afrontar «las subidas del IPC y de la inflación», liberalización de los suelos no protegidos para construir vivienda pública con participación privada, bonificaciones fiscales para las familias de 100 euros mensuales hasta los 18 años, promoción de las energías verdes y nuclear y reducción «drástica» de gastos en materias como el procés, la lengua o el feminismo.
Ni separatistas ni socialistas aceptaron las propuestas. Ciudadanos y PP votaron a favor de algunas de ellas pero su apoyo no fue suficiente para que salieran adelante. Tras la votación, Juan Garriga recriminó tanto al Govern como al PSC y En Comú-Podem su rechazo. Sobre todo a los socialistas, a los que acusó de colaborar con el separatismo y beneficiarse de «cargos y chiringuitos». Al conseller de Economía, Jaume Giró, le explicó que las propuestas de su formación permitirían un ahorro de más de 9.000 millones de euros, que podrían beneficiar al área de sanidad. Y al diputado de Junts Ramón Tremosa le espetó el cambio del partido con respecto a la extinta Convergència: «No sé dónde ha quedado. Sus votantes ven con desesperación sus políticas progres y acaban votándonos a nosotros».