Es conocido que la prensa nacionalista no suele colocar en su punto de mira a los partidos separatistas, centrando sus críticas en las formaciones constitucionalistas, ya sean de ámbito catalán o nacional. Ello tal vez explique el enfado experimentado por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ante el escándalo de las llamadas «licencias por edad», que fue destapado precisamente por un periódico afín: el nacionalista Ara. Según la información publicada por este rotativo —que desde su fundación en 2010 nunca había publicado una pieza relevante que pusiera en aprietos a un partido nacionalista— , más de una veintena de trabajadores del Parlament seguían cobrando sueldos astronómicos años después de haber abandonado su puesto.
Hoy, Ara publicaba en portada que Borràs es partidaria de blindar las licencias de edad ya concedidas, lo que ha motivado el enojo de la dirigente separatista. «Es increíble, de verdad. He sido quien ha abordado esta cuestión desde hace 14 años y ahora resulta que yo quiero blindarlas», ha manifestado en Twitter. Y ha añadido: «Realmente, si eso es periodismo…».
No es el primer ataque lanzado por Borràs contra la cabecera separatista. Y es que, en el acta de la mesa del Parlament del pasado 22 de marzo, la líder neoconvergente cargó indirectamente contra ella: «La aparición de un artículo periodístico que ofrecía informaciones sesgadas sobre las licencias por edad comportó un sentimiento de alarma social que desató la toma de acciones drásticas por parte de la Mesa para acabar con lo que se consideraba un escándalo social». Acto seguido, defendió que las polémicas licencias eran un «derecho consolidado y automático plenamente vigente y legal en el momento en que los trabajadores accedieron», por lo que no debían suprimirse.