El expresidente Quim Torra es conocido por su radicalismo político. En el recuerdo de todos está su famoso «¡apretad!» a los Comités de Defensa de la República (CDR) para que arremetieran contra el Estado en 2018 o a plantear ese mismo año la vía eslovena —lugar donde hubo una guerra que dejó sesenta muertos— para alcanzar la secesión de Cataluña. Sin embargo, parece que su maximalismo retórico no siempre se corresponde con una conducta igual de radical. Así, recordemos que, aunque a destiempo, el expresidente acabó retirando la pancarta a favor de los presos en 2019 tras las órdenes dictadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Ahora, acaba de pagar una multa de 30.000 euros por un delito de desobediencia por no retirar a tiempo simbología secesionista del balcón de la Generalitat. El caso es que en mayo de 2021 anunció y puso por escrito que no pensaba pagar las sanciones y que estaba dispuesto a ingresar en prisión si hacía falta. «No pagaré estas multas y, por lo tanto, será necesario que me roben ese dinero si lo quieren cobrar», aseguró entonces. Sin embargo, el TSJC ha informado que Torra «ha efectuado el pago de la totalidad de la pena de multa impuesta» y que, por tanto, se extingue la responsabilidad del condenado en los hechos. De este modo, Torra evita entrar en la cárcel, pues el TSJC le había impuesto «un día de privación de libertad por cada dos cuotas no abonadas».