Todos los partidos con representación en el Parlament, salvo Vox, Ciudadanos y el PP, han dado luz verde este jueves a la obligación de imponer el catalán a los refugiados ucranianos llegados a Cataluña por el conflicto bélico de su país con Rusia. El argumento para justificar esta imposición es que muchos de ellos «acabarán haciendo vida» en Cataluña, según ha explicado la diputada de Junts, Aurora Madaula. «Queremos que se sientan catalanes desde el primer día», ha añadido.
Madaula ha asegurado que «Cataluña es tierra de acogida» y que ha de seguir siendo así «a pesar de los discursos de la extrema derecha». «Queremos que se enseñe catalán a los refugiados», ha añadido, «y que se garantice la escolarización de niños y jóvenes para garantizar la igualdad de oportunidades».
La adaptación de los refugiados de Ucrania en Cataluña ha provocado algunos choques entre Junts y ERC. Así se pudo comprobar en Palamós, cuyo ayuntamiento, en manos de los republicanos, impartía cursos de castellano a los refugiados recién llegados al municipio. Algo que le costó una dura campaña de críticas en redes sociales por parte de las bases de la posconvergencia. Todo ello a pesar de que el Consistorio se había limitado a ceder sus instalaciones para que una asociación fuera la que diera las clases a los recién llegados.