Nuevo episodio conflictivo relacionado con la okupación. Se han viralizado en redes unas imágenes en las que se aprecia al alcalde de Caldes de Malavella (Girona), Salvador Balliu, de Junts per Cataluña, tratando de desalojar a unos okupas que se habían atrincherado en su residencia La cinta no tiene desperdicio: el alcalde amenaza con un hacha a los antisistema —un hombre en calzoncillos y una mujer desnuda de cintura para abajo sentada en el suelo— al grito de «Os quiero fuera a los dos». Estos responden: «Vale, nos vamos a ir, ¿pero de qué vas?». Y añaden: «Que no hemos encontrado nada, tío, que es Semana Santa».
Tras la difusión de las imágenes, el alcalde ha pedido disculpas por si alguien se ha sentido «ofendido» pero ha pedido que se contextualicen sus actos. «Cuando entré en casa, de dentro de la finca salió un perro grande, una chica y dos jóvenes que llevaban palos grandes; me empezaron a amenazar y a increpar, y me echaron a empujones y golpes», explicó. Debido a ello, sufrió por su «integridad» y agarró lo que tenía a mano: un hacha del maletero del coche. Y ha subrayado que no conviene olvidar que «el agredido fui yo: estaba en mi casa y me echaron».
Por su parte, la oposición ha reprochado su actitud a Balliu a través de un comunicado conjunto firmado por Esquerra-AM, Som Caldes-Amunt y Caldes en Comú. En el texto reprueban la actitud del alcalde y solicitan su «dimisión inmediata». Y es que, a pesar de que los tres grupos recuerdan que están en contra de la «ocupación delincuencial», también hacen hincapié en que «nadie puede tomarse la Justicia por su mano».