La compra de mascarillas se esta convirtiendo en una fuente de sospechas de corrupción en todas las administraciones. Da igual el color político o la ubicación geográfica. No es de extrañar. La falta de experiencia de los departamentos de compras de ayuntamientos, gobiernos autónomos o central y la situación de desconcierto y urgencia producida por la pandemia eran una oportunidad única para pícaros y corruptos. En Cataluña no podíamos ser menos que en otras comunidades. El conseguidor de material sanitario para el Govern en lo peor de la pandemia, el abogado Roger Parellada, se fue a vivir a Singapur tres días después de conocerse que había logrado la nada despreciable cifra de 35 millones de euros en contratos para adquirir mascarillas a la Generalitat. La compra fue aprobada por el entonces conseller de Economía y hoy presidente, el republicano Pere Aragonés, y ha sido imposible que, hasta el momento, el Govern haya dado explicaciones de la operación ante el Parlament.
Parellada se fugó al país asiático para evitar la acción de la Oficina Antifraude de Cataluña. La operación de venta a la Generalitat de material sanitario se hizo a través de la compañía Basic Devices SL, que no tenía experiencia en el sector. Economía denunció el posible riesgo de estafa por este motivo. Sin embargo, poco después, la denuncia fue retirada y Aragonés dio el visto bueno a la operación.
Nueva compañía
Tres días después de cobrar el dinero, Parellada se fue a Singapur, donde fue nombrado consejero delegado de la empresa Aris PrimePartners, según recoge El Confidencial, tras hacerse con un 52% de la misma a cambio de 417.000 euros. Elegir Singapur no fue gratuito pues, aunque no es un paraíso fiscal, se trata de un país que no suele cooperar en asuntos bancarios y mantiene en secreto las propiedades de sus residentes.
La Generalitat, según desveló The Objective en su momento, adjudicó este controvertido contrato sin justificar su urgencia, a pesar de que así lo exige la ley. Además, nunca ha explicado por qué se escogió a esta compañía ni por qué no contactó con otras empresas que sí tenían experiencia en el sector.