Los Mossos d’Esquadra han detenido a tres personas a las que se les atribuye, al menos, 25 delitos de estafa y falsificación documental.
Los presuntos autores son integrantes de un grupo criminal que se dedicaba a la organización de fiestas ilegales en viviendas de turismo rural, sin el consentimiento de los propietarios, sin abonar el importe del alquiler del espacio, del material de hostelería ni de la compra o contratación de servicios básicos como catering o bebida.
Se les atribuye, al menos, 25 delitos de estafa y falsificación documental.
De esta manera, los organizadores se embolsaban íntegramente la cantidad recaudada con la venta de entradas y la consumición de bebidas. Según la investigación, se calcula que el importe estafado rondaría los 200.000 euros.
Según la investigación, se calcula que el importe estafado rondaría los 200.000 euros.
Los presuntos autores contactaban con los dueños de las casas rurales o con las empresas de servicios, ocultando su identidad bajo unos datos falsos. En algunos casos usaban documentación de otras personas o mandaban a un tercero como intermediario (que desconocía la intención real de los inquilinos).
Una vez iniciaban el contacto, su intención era abonar el importe del alquiler o compra mediante una transferencia bancaria que resultaba ser simulada y falsifica. Enviaban por e-mail o mensajería instantánea, un justificante de transferencia bancaria con datos falsos. Así, hacían creer al destinatario que por la proximidad al fin de semana, el pago se haría efectivo al cabo de unos días (ya pasado el tiempo de alquiler de la casa).
Toda esta secuencia delictiva se desarrollaba en un espacio de tiempo reducido. Desde el inicio del contacto con los responsables de viviendas o empresas hasta que se realizaba la fiesta podían pasar unas 24 horas.
No facilitaban la ubicación de la fiesta hasta bien entrada la noche
A pesar de que el aforo de las viviendas que alquilaban no excedía a los 10 o 15 residentes, la cantidad final de personas que asistían a las fiestas se estimaba entre 300 y 400. Los investigados no daban la ubicación de la fiesta hasta bien entrada la noche para reducir los riesgos de una eventual actuación policial.
El grupo criminal estaba perfectamente organizado, ya que tenían muy bien atribuidas las funciones específicas de cada uno de ellos: alquiler de los espacios, convocatoria de los asistentes a través de redes sociales, contratación de los caterings, seguridad y control acceso en la finca, equipos de sonido y luz, camareros, etc.
Las viviendas de turismo rural donde se consumaron las fiestas se encuentran en las comarcas del Maresme, Noguera, Garraf, Pla de l’Estany, Alt Camp, Baix Empordà, Gironès, Bages, Osona, La Selva y el Tarragonès.
Los tres detenidos pasaron a disposición judicial el día 8 de abril, con más de 25 hechos en conjunto imputados en el grupo criminal, y la autoridad judicial decretó su libertad con cargos.
Los primeros que habeis cometido estafa sois vosotros con el cuento de la falsemia donde se asesino no las mato ningún virus que no existe.