Nunca ha sido posible conocer el número exacto de socios con que cuenta la Assemblea Nacional Catalana (ANC), presidida hoy por Elisenda Paluzie. Sin embargo, numerosos medios de comunicación han situado este número en menos de 40.000 afiliados en los últimos meses. De estos, solo 4.275 han participado en la Asamblea General Ordinaria de la entidad, celebrada entre los días 17 y 23. Y casi todos ellos han votado a favor de la enésima hoja de ruta hacia la independencia.
Lejos queda aquella primera hoja que llevaba la firma de Carme Forcadell y que se consideraba como la biblia del procés, de obligado cumplimiento para el Govern. Ahora, las amenazas y advertencias de la ANC suelen caer en saco roto. La entidad ha llegado a quejarse de cómo el Govern presidido por el republicano Pere Aragonés no le da un papel preponderante como entidad a la que consultar cualquiera de sus movimientos.
Sea como sea, la ANC tiene una nueva hoja de ruta «para hacer efectiva la independencia durante la presente legislatura». Este documento se basa en ocho puntos clave: «liderar y consolidar el movimiento popular independentista», «dar impulso a la acción en el frente internacional», «defensa de la lengua y escuela catalanas», «construcción y defensa de la soberanía fiscal y energética», vertebración del «movimiento popular», «lucha por la justicia social» y «solidaridad y frente común contra la represión».