La Generalitat sigue instalada en su voluntad de excluir el castellano de la Educación catalana pese a la sentencia del Tribunal Supremo que establece que esta lengua debe ser también vehicular —al menos, en un 25%— junto al catalán. Prueba de ello es que ahora está diseñando una coartada que justifique su desobediencia una vez que la aplicación sea ineludible, que ocurrirá el 20 de marzo. La estrategia pasa por lanzar una macroencuesta encargada por el Consejero catalán de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, y elaborada por la Universidad de Barcelona (UV) a 15.000 alumnos para evaluar el uso del catalán. Dicho sondeo se extenderá posteriormente a los jóvenes de todos los centros de Cataluña.
El caso es que, antes de conocerse los resultados del estudio, Educació ya ha adelantado que estos datos formaran parte de un informe del Consejo Lingüístico Asesor que permitirá «alcanzar el consenso social y político para desplegar la normativa que refuerce el catalán en el sistema educativo, teniendo en cuenta la situación actual del modelo lingüístico». Esto es, que cualquiera que sea el paisaje que dibuje la encuesta, las decisiones ya están tomadas de antemano. Peso a ello, Cambray ha asegurado que los expertos del Consejo «trabajarán desde la transparencia y la objetividad».
[…] La realización de una macroencuesta a 15.000 alumnos, posteriormente se realizará a todos los estudiantes de los centros educativos de […]