La corrupción no penaliza si el protagonista es un político nacionalista o populista. Este es el mensaje que parece imperar en Cataluña después de que Laura Borràs pueda ser presidenta del Parlament pese a estar imputada por trocear contratos para beneficiar a un amigo, que Ada Colau siga como alcaldesa de Barcelona aunque también esté imputada por subvencionar a entidades afines o que, ahora, se rehabilite la figura del expresident y corrupto confeso Jordi Pujol invitándole a un acto oficial junto al resto de presidentes de la Generalitat.
Es lo que ocurrió ayer, cuando Pujol fue convidado como ponente en un acto de la conselleria de Acción Exterior sobre el futuro de Europa organizada por la Universidad de Barcelona. En el debate también intervinieron Artur Mas, Quim Torra, Carles Puigdemont y José Montilla, si bien estos dos últimos de manera telemática. Pujol aprovecho su alocución para agradecer a Puigdemont «su defensa sostenida de la causa de Cataluña», así como para efectuar un análisis del estado de Europa actual en el que mantuvo que Rusia no es una verdadera democracia.
Un rehabilitación en proceso
Éste no es el primer acto en el que participa Pujol después de que en 2014 confesó que ocultaba dinero irregular en Andorra. Y es que el pasado noviembre ya intervino por sorpresa en un acto sobre financiación junto al conseller de Economía Jaume Giró y los exconsellers del ramo Junqueras, Mas-Colell y Castells. Esa vez, sin embargo, Pujol no era uno de los convidados oficiales, sino que tomó la palabra desde el público para defender que su gobierno reclamó en su día el concierto económico.