Estos días, está siendo muy comentado que el expresident fugado de la Justicia Carles Puigdemont se sintió ninguneado por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que en su conferencia de esta semana para recuperar la unidad del separatismo no mencionó ni una sola vez al político establecido en Waterloo. Tal vez por ello, Puigdemont parece cada vez más inclinado a captar la atención de los medios a través de incidentes de escasa relevancia. Es lo que ocurrió ayer, cuando el líder neoconvergente acusó en redes a un cartero cuya actitud le hizo sentir «intimidado».
Así, en un vídeo compartido por Puigdemont en Twitter, puede verse como un repartidor de Correos se queda en la puerta de la Oficina Europarlamentaris de Junts en Barcelona sin llegar a entrar. Supuestamente, el cartero habría dicho: «No quiero entrar porque me da asco». Sin embargo, este momento no se recoge en el vídeo difundido porque carece de sonido. «Lo consideramos un acto de intimidación inaceptable hacia las personas que trabajan en nuestra oficina y nuestros votantes», ha denunciado Puigdemont.
Por este motivo, el expresident ha mandado una carta de protesta a Correos donde exige «explicaciones a los responsables de la empresa y medidas para erradicar las expresiones de odio de sus representantes».