Distintas voces han considerado que dentro del separatismo, la formación con más puntos en común con la extrema derecha es Junts per Cataluña, muchos de cuyos candidatos en las pasadas elecciones protagonizaron escándalos en las redes por su radicalismo hispanófobo. Sin embargo, acaba de presentarse oficialmente en Barcelona una fuerza más escorada a la derecha radical que los neoconvergentes. Su nombre es Aliança Catalana (AC) y su líder es la exconcejal del Ayuntamiento de Ripoll y exmilitante del Front Nacional Sílvia Orriols.
En la puesta de largo de AC, que tuvo lugar el pasado sábado, Orriols estuvo acompañada del secretario de estudios y de programa de la formación ultra, Jordi Aragonès. Allí esbozaron las líneas principales del partido, que pasan básicamente por una política hostil contra la inmigración y contra el bilingüismo, «males» ambos para los que creen que la solución última sería la secesión de Cataluña. «Inmigrantes del mundo vienen a nuestra casa para refundar los países de donde huían. Hace falta frenar en seco la inmigración que empobrece y que hacer retroceder al catalán. Aquí no se bien a delinquir», proclamó Orriols, sintentizando así las inquietudes fundamentales de su formación.
Sobre la cuestión lingüística en particular, AC aboga abiertamente por que el catalán sea la única lengua oficial en Cataluña. «Estamos aquí para defender nuestra lengua. Para hacerla útil e imprescindible. Para garantizar que no comparta oficialidad, ni en las aulas ni en las instituciones, con ninguna lengua forastera», prometió. Finalmente, negó que su partido pudiese ser catalogado como «extrema derecha». «No somos ni extrema derecha, ni extrema nada, porque aquí el extremismo lo representa en solitario la nación castellana con su supremacismo, con sus razzias, con sus tribunales y con su ejército», aseguró.