El PP no atraviesa buenos momentos. A la espera de lo que suceda en las elecciones de Castilla y León el próximo domingo, el presidente del partido, Pablo Casado, mantiene la tensión con la actual líder de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sus diferentes formas de entender el centro-derecha español se han trasladado a todos los niveles de la formación. Incluso, a las asambleas locales, como se ha podido ver recientemente en Cataluña con la de Mataró.
En la capital del Maresme se ha alzado con la presidencia del partido local Cristian Escribano, que tenía enfrente a Marcos Fernández. Este último ha impugnado el resultado tras denunciar supuestas irregularidades en el proceso. Irregularidades entre las que se encontrarían presuntas manipulaciones del censo, apoyos indebidos por parte de cargos de la formación a uno de los candidatos o afiliaciones a última hora de personas residentes en otros municipios. Fernández llevaba dos años al frente de la gestora de la formación y nada indicaba que pudiera perder el control.
La guerra Fernández-Reyes
A Escribano, aseguran fuentes del partido, «le habían ofrecido en varias ocasiones integrarse en la gestora pero nunca quiso». Lo que sí parece claro es que el ya líder del PP de Mataró cuenta con la bendición del actual presidente en Barcelona, Manu Reyes, y de su secretario general, Josep Tutusaus, mientras que Fernández sería un candidato del grupo del líder de la formación en Cataluña, Alejandro Fernández. Reyes y Fernández mantienen, como Casado y Ayuso, su particular guerra por el control de los populares catalanes. Escribano, además, está respaldado por el ex concejal del PP en este consistorio, José Manuel López, un político con una andadura ciertamente curiosa. Tras salir de Mataró, entró en el Ayuntamiento de Badalona de la mano de Xavier García Albiol y hoy es el representante del PSC en el TecnoCampus de la capital del Maresme.
La maniobra de Parera
Así las cosas, las fuentes consultadas por elliberal.cat desgranan un rosario de «despropósitos» de unos y otros y temen que esto pueda afectar gravemente a un ya de por sí muy débil PP catalán, que en las últimas elecciones vio como buena parte de sus votantes se iban a Vox. La irrupción de Valents, liderado por Eva Parera y que cuenta entre sus filas con personas vinculadas en el pasado a los populares, se ha convertido en otro factor a temer. Parera es ahora mismo diputada en el Parlament por el PP. Sin embargo, basta ver su cuenta de Twitter para comprobar que no hay ni rastro en la misma del partido con el que ha llegado a la Cámara autonómica y sí de la formación recién nacida.
Algunos creen que Alejandro Fernández podría estar detrás de la creación de este nuevo partido. Otros lo niegan rotundamente: «Nunca haría algo así. Es más, está muy arrepentido de haber metido a Parera en la candidatura. Ahora mismo la realidad es que en el Parlament el único que esencialmente es del PP es él porque Lorena Roldán viene de Ciudadanos».
Las mismas fuentes apuntan a Teodoro García Egea como el instigador de la inestabilidad del PP catalán. Creen que ha trasladado a Cataluña el enfrentamiento que se vive a nivel nacional entre Casado y Ayuso y tienen claro que «esto no se solucionará hasta la celebración del congreso«. Algo que, apuntan, podría suceder «en cuanto pase el próximo verano». Si es Casado el que se alza con la victoria (muy improbable en el caso de que pierda Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León), «Fernández estará hundido». No obstante, también afirman con cierta sorna que «eso no significará que se quede fuera porque en este partido sabemos muy bien recolocar a la gente». Si es Ayuso la nueva líder del PP nacional, «todo cambiará radicalmente y Alejandro Fernández podrá estar tranquilo y hacer las cosas a su manera, que es algo que no se le permite desde hace tiempo». A la pregunta de si el actual presidente popular podría acabar en las filas de Valents, la respuesta es contundente: «Eso nunca».
Sangría de votos del PP a Vox
En el actual escenario catalán, la aparición de nuevas formaciones puede sacar totalmente al PP de las instituciones. Los 12 diputados de Vox en el Parlament han sido un aviso. Los resultados que puedan obtener Valents o Centrem son, obviamente, inciertos ahora mismo. Pero las fuentes consultadas por este digital afirman que «en el PP no están por la labor de alcanzar pactos». Es más, el secretario general de Barcelona, Josep Tutusaus, «lo ha dicho claramente en algunas reuniones, que no se va a pactar con nadie«. Algo que podría considerarse el fin de una formación que tampoco parece que vaya a tener grandes resultados en la capital catalana.
El controvertido Josep Bou
En Barcelona, todo indica que Josep Bou volverá a repetir como candidato en las próximas municipales, que se celebran en mayo de 2023. No ha sido oficialmente confirmado pero su visita a Vic junto a Manu Reyes solo puede observarse como un espaldarazo a un candidato que fue impuesto por Casado y García Egea y que mantiene un enfrentamiento interno con Alejandro Fernández por todos conocido. Bou no tuvo ningún reparo en llevar a cabo «una purga» contra todos los vinculados al presidente del partido en el Consistorio. Purga que, parece, se ha extendido ahora a todos los niveles.
¿Tiene futuro el PP catalán? Es algo que muchos se preguntan desde hace demasiado tiempo. Las constantes intromisiones de un PP nacional que parece no entender la idiosincrasia del partido en Cataluña sumadas al ascenso de figuras que tampoco aparentan comprender cómo han cambiado las cosas en esta comunidad no auguran nada bueno para un partido que Alejandro Fernández ha intentado enderezar a toda costa. Fernández es el mejor parlamentario de la Cámara autonómica. Pero sin partido, de poco servirán sus brillantes intervenciones.