Pese al declive económico que el desafío separatista ha supuesto para Cataluña —cuya fuga de empresas se encuentra lejos de remitir, pues el año pasado se marcharon de la comunidad 396 empresas—, el empresariado catalán no parece decidido a desvincularse del todo de este movimiento y sigue apostando por la equidistancia. Así, si en 2020 el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre visitó a los autores del golpe separatista en la prisión de Lledoners y respaldó la concesión de indultos antes de que se produjeran, ahora ha mantenido una reunión con el expresident fugado de la Justicia Carles Puigdemont en Bruselas, según ha informado La Vanguardia.
El encuentro, de larga duración y que tuvo lugar hace tres semanas en secreto en el Parlamento Europeo, tenía como propósito que las relaciones entre el empresariado y el secesionismo sigan en buenos términos. De esta manera, trata de facilitar el retorno de las empresas que se marcharon tras 2017 —cerca de 5.000— pidiendo al separatismo que renuncie definitivamente a la unilateralidad. En contrapartida, los empresarios estiman imprescindible que se resuelva la situación judicial de Puigdemont, de manera que éste no ingrese en la cárcel de regresar a España.