Parte de la izquierda se resiste a comulgar con los postulados del nacionalismo periférico. Así quedó demostrado el pasado sábado en el Congreso de la Alianza de la Izquierda Republicana de España (AIREs). El encuentro fue presidido por el profesor emérito de la Facultad de Filosofía de la UB, Miguel Candel, y contó con invitados como Lidia Falcón, presidenta del Partido Feminista de España, Fernando Sánchez Costa, presidente de Sociedad Civil Catalana, o Carlos Jiménez Villarejo, que fue fiscal Anticorrupción y Euro-diputado por Podemos.
El nuevo secretario General, Javier Marín, se valió de una metáfora viaria para definir las dos principales claves de la formación. Así, señaló que AIREs es como una gran autopista con muchos carriles (en relación a las distintas políticas por las que abogan) pero con dos límites. «En el arcén izquierdo está la valla metalizada que defiende el principio socialista de la redistribución económica, es decir los derechos sociales y económicos que hacen que funcione el ascensor social», relató. Por otro lado, indicó que en el arcén derecho está el «otro guardarrail metálico, el que preservar la unidad territorial», necesario porque «dividir el estado nación en pequeños territorios, sólo beneficia a la oligarquía financiera y perjudica gravemente a la clase trabajadora».
Contra la inmersión y el Cupo Vasco
En su discurso, además, Marín desgranó algunos de los objetivos de AIREs. Una de ellos es la «convergencia lingüística», ya que apuesta por la «lucha sin cuartel contra la marginación del idioma español en las escuelas catalanas y vascas». Entre sus propósitos también se cuenta la «eliminación de privilegios fiscales», incluyendo en ellos el Cupo Vasco y el Concierto Navarro. Asimismo, consideran necesario para acabar con la precariedad la derogación de la reforma laboral. «Por cierto, que vergüenza de partidos que se dicen de izquierdas, Bildu y Esquerra, que reclaman cómo condición para apoyar la Ley de Reforma Laboral, que los convenios autonómicos tengan prevalencia sobre los convenio estatales. ¿Se puede ser más sinvergüenza?», reflexionó Marín.
En conversación con Elliberal.cat, Marín ha ahondado en las razones por las que estima necesario un proyecto como AIREs. «Si contemplamos el tablero electoral en clave futbolística, apreciamos que en la derecha liberal unionista está jugando PP, Ciudadanos y Vox. Esto es, muchos jugadores disputándose un mismo balón», explica Marín. Por otra parte, continúa, en el terreno de la «derecha secesionista, tenemos a formaciones como el PNV o JxCAT, cuyo egoísmo fiscal les lleva a querer trocear el país para no repartir el dinero con comunidades menos pudientes». «Luego, dentro de la izquierda», añade, «estaría la izquierda segregacionista (ERC, Bildu), con muchos puntos en común con la derecha secesionista; y la izquierda seguidista del separatismo, como Podemos, que sostienen que en España hay ocho naciones».
«En la izquierda española no hay nadie»
Marín lamenta que el PSOE haya caído en este último apartado, ya que, «esclavizado por las peticiones independentistas», ha terminado mutando su discurso y su praxis política alejándose del constitucionalismo. Así pues, concluye que el surgimiento de AIREs se debe a que en la izquierda española «no hay nadie». «Ante este panorama, ofrecemos a la gente de izquierda un partido que rehúye de manera inequívoca las concesiones a los independentistas», zanja.
