El máximo responsable de TV3, el controvertido Vicent Sanchis, ha admitido este viernes que el veto de la nueva cúpula de los Mossos a una periodista de la casa, Fátima Llambrich, en una reunión de la nueva cúpula de los Mossos ha generado «incomodidad». Sanchis ha hecho estas declaraciones en la comisión de control de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA).
El responsable de la cadena pública, sin embargo, ha reconocido también que la reunión no era realmente una rueda de prensa ni un acto oficial con periodistas sino que se trataba de un encuentro off the record, es decir, extraoficial. Al parecer, Interior había invitado a otra periodista a participar pero fue Llambrich quien se presentó en su lugar. Al no poder acceder, TV3 pidió explicaciones a la conselleria dirigida por el republicano Joan Ignasi Elena. «Explicaron su versión de los hechos», ha señalado Sanchis, según recoge e-noticies, «y expliqué exactamente nuestra incomodidad por algunas decisiones y aquí, por ahora, ha acabado este asunto».
Una posible explicación a lo sucedido la ofrece el columnista Salvador Sostres en Diari de Girona. Según Sostres, Llambrich, junto a las periodistas Mayka Navarro (La Vanguardia), Neus Tomás (El Diario) y Anna Punsí (Cadena Ser), era una de las principales destinatarias de las filtraciones del ex responsable de Mossos, Josep Lluís Trapero. Y pone como ejemplo que el ex major exigió en su día que fuera solo Llambrich quien le entrevistara en la «única entrevista» que dio a la cadena pública. «El único y verdadero escándalo de este cambio en los Mossos», concluye Sostres, «es que a la viudas de Trapero les dejará de sonar el teléfono y si quieren alguna noticia tendrán que ponerse a trabajar».