Las pensiones de lujo que una veintena de trabajadores del Parlament están cobrando desde hace años sin pasar por su lugar de trabajo han estallado esta semana en Cataluña como una bomba. La presidenta de la Cámara, Laura Borràs, se ha erigido en la defensora del buen uso del dinero público anunciando el fin de estos privilegios. Algo que, sin embargo, ha matizado la Mesa, que ha decidido este martes iniciar negociaciones con el personal de la casa para acabar con las llamadas licencias por edad.
En todo este embrollo ha intervenido desde su cuenta de Twitter el ex vicepresidente del Parlament, el posconvergente Josep Costa, aparentemente indignado ante el silencio que existe sobre la figura de quien él considera el máximo responsable de lo sucedido, el ex secretario general de la institución, Xavier Muro.
Gestión económica
Muro fue destituido por Borràs hace unos meses alegando falta de confianza, entre otras cuestiones. Lo cierto es que estaba en la diana de los separatistas desde que se negó a tramitar determinadas propuestas en la Cámara como jefe de los letrados. Ahora Costa le culpa de la existencia de estas controvertidas licencias por edad y recuerda que fue él mismo el que exigió su cese «por falta de transparencia y pérdida de confianza en su gestión económica».
El ibicenco ha afirmado que Muro dio luz verde «a escondidas» a estas prejubilaciones de oro y que la única persona que tenía constancia de que estos pagos escandalosos se estaban llevando a cabo era el presidente del Parlament. Costa también ha recordado que él mismo pidió el cese de Muro al republicano Roger Torrent, pero que este no atendió a sus exigencias. «Desgraciadamente», ha asegurado, «el tripartito ERC-PSC-Cs que tomó todas las decisiones importantes la pasada legislatura cerró filas con el máximo exponente de la casta funcionarial». Y todo, ha concluido, «por el módico sueldo de 254.000 euros al año«.