ANÁLISIS / ¿Por qué ha subido tanto el precio de la electricidad?

La torpe política exterior de la UE está detrás del desabastecimiento y fuerte aumento del precio del gas natural

Electricidad y gasolinas han encarecido el IPC de marzo. Foto: Pexels.
Subirán los precios de todos los suministros básicos, empezando por el de la electricidad (Pexels).

En mi  artículo “¿Cuánto ha subido el precio de la electricidad en España?”, publicado en El Liberal el 8 de enero de 2022, concluía que el fuerte aumento que han registrado los precios de la electricidad en España no puede achacarse a un aumento de la demanda de energía eléctrica a resultas de la tímida recuperación económica registrada en 2021, y que las causas había que buscarlas en el aumento en los costes de generación y distribución que han elevado el precio de la electricidad para todos los consumidores, atribuibles en unos casos a los ambiciosos objetivos de reducción de gases establecidos por la UE, en otros a la escasa cautela de las instituciones europeas en sus posicionamientos ante determinados conflictos, y, en fin, a reformas cuando menos inoportunas del sistema de facturación que, como la implementada en España el 1 de junio de 2021, redujeron el número de horas valle de los clientes acogidos al precio voluntario del pequeño consumidor (PVPV) y eliminaron la transparencia existente hasta ese momento en el cálculo del concepto ‘costes de la energía’, la partida principal de la factura. 

Si bien la reducción transitoria de los impuestos sobre la electricidad e IVA aprobada a finales de junio de 2021 ha evitado que la subida del precio de la factura fuera todavía mayor, no ha podido evitar el fuerte aumento del precio de la electricidad y el consiguiente aumento en los costes de producción y pérdida de bienestar soportados por empresas y consumidores, respectivamente. Desde junio a noviembre de 2021, la media de la tasa de crecimiento interanual del IPC de la electricidad ha aumentado 42,04%, una cifra desorbitada que ha afectado a la mayoría de los consumidores. Por mucho que se empeñe el presidente Sánchez en convencernos de que ha cumplido su promesa de que la factura ‘media’ en 2021 fue inferior a la de 2018, lo cierto es que, pese a la reducción del consumo de electricidad y los impuestos, la mayoría de los consumidores hemos pagado facturas mucho más elevadas que en años anteriores por la subida del precio.

El artículo de esta semana lo dedico a exponer cuáles son las principales causas que hay detrás del notable aumento del precio electricidad en los últimos meses. El sustancial aumento de los precios de los derechos de emisión de gases y de los precios del gas natural en la UE apunta a la responsabilidad de fijar objetivos muy ambiciosos y una política exterior de dudosa efectividad, más allá de aumentar el precio que pagamos por el gas natural. 

El precio de los derechos de emisión en la UE

En 2005, la UE puso en marcha unilateralmente el sistema de transmisión de emisiones (EU ETS), un mercado donde participan obligatoriamente las empresas consideradas grandes emisores de dióxido de carbono (CO2), óxido nítrico (N2O) y perfluocarbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre los sectores participantes en este mercado están las empresas generadoras de electricidad que emiten CO2 para producir electricidad. En estos momentos, el sistema se encuentra en la cuarta fase (2021-2030) y la UE introdujo cambios legislativos en 2018 (Directiva (UE) 2018/410 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de marzo de 2018, por la que se modifica la Directiva 2003/87/CE) “para intensificar las reducciones de emisiones de forma eficaz en relación con los costes y facilitar las inversiones en tecnologías hipocarbónicas para asegurar el objetivo de reducir 40% en 2030 las emisiones realizadas en 1990”. 

Gráfico 1. Precio de los derechos de emisión en la UE 2012-2022

Fuente: Trading Economics.

Los cambios legislativos introducidos en la UE supusieron elevar a 2,2% la tasa de reducción anual de emisiones a partir de 2021, abrió el mercado a inversores que no son excedentarios o deficitarios de derechos de emisión, y reforzó el mecanismo para reducir el exceso de derechos de emisión, aumentando el ritmo de trasvase de esos excedentes al fondo “reserva de estabilidad de mercado” con la finalidad de reducir las fluctuaciones en los precios de los derechos. Como el Gráfico 1 pone de manifiesto, esos cambios legislativos en lugar de reducir las fluctuaciones han disparado el precio de los derechos de emisión que han pasado de 7,00 el 3 de enero de 2018 a 82,13 el 3 de enero de 2022. El aumento de los precios de los derechos emisión se inició nada más aprobarse el cambio legislativo, y aunque se moderó en el segundo semestre de 2019 y el primer trimestre de 2020, volvió a registrar un ascenso muy intenso a partir de marzo de 2020, pese a encontrarse las economías en plena recesión, ascenso que se acentuó incluso más durante 2021. El precio de los derechos aumentó 75,3% en el primer semestre de 2021, 45,67%, en el segundo semestre y 155,25%. en el conjunto del año Desde mediados de marzo de 2018, el precio se ha multiplicado por 11,7 en 4 años y ese aumento ha afectado lógicamente al coste de las empresas generadoras de electricidad que lo han trasladado a los precios de sus clientes. 

Como puede comprobarse en el Gráfico 2, donde aparecen las centrales que configuran la curva de oferta de electricidad, el hecho de que sea el precio marginal de la última unidad producida por las centrales con costes más elevados, las de carbón y ciclos combinados menos competitivas, las centrales fueloil y las hidráulicas regulables menos competitivas, explica por qué que la subida de los costes en las centrales afectadas por la subida de derechos de emisión (carbón y ciclos combinados menos competitivas y fueloil) afectan al precio de toda la energía eléctrica generada, con independencia del origen de la electricidad.

Gráfico 2. Composición de la oferta de electricidad en España

Aumento de los precios del gas natural

En adición al aumento en los precios de los derechos de emisión, las centrales que utilizan gas natural como combustible han registrado aumentos muy importantes en el precio de su materia prima en 2021. El Gráfico 3 muestra la evolución del precio de referencia del gas natural en el mercado de referencia europeo TTF Dutch en los últimos años. Como puede constatarse a simple vista los precios del gas natural han registrado un aumento intenso que no los ha devuelto precisamente a los niveles de 2018 y 2019, los dos años previos al inicio de la Recesión Epidémica. No sólo no han vuelto a esos niveles pese a la ligera recuperación de sus economías que en la mayoría de los casos no han recuperado los niveles de actividad de 2019, sino que han aumentado a un ritmo vertiginoso. El precio de referencia a finales de diciembre de 2018 era 21,05, a finales de 2019 era 12,63, a finales de 2020 16,84, a finales de junio de 2021 31,77 y a mediados de diciembre de 2011 alcanzó 137,4. En síntesis, en el primer semestre del año el precio del gas natural en la UE aumentó aproximadamente 88,7%, hasta mediados de diciembre 715,9%. No cabe duda de que aumentos de este calibre en la materia prima de las centrales han tenido un gran impacto en los precios marginales de la generación de electricidad.

Gráfico 3. Precio del gas natural en el mercado europeo (Dutch TTF) 2015-2022 

 Fuente: Trading Economics.

Pacce, Sánchez y Suárez-Varela, autores del estudio “El papel del coste de los derechos de emisión de CO2 y del encarecimiento del gas en la evolución reciente de los precios minoristas de la electricidad en España” (Banco de España, Documentos ocasionales N.º 2021, agosto 2021) atribuyen el aumento del precio de la generación eléctrica de 98,5% en el primer semestre de 2021 al aumento de los derechos de emisión (19,6 pp.) y al fuerte aumento del precio del incremento del precio del gas natural (50,3 pp.). Según los autores, los aumentos en los costes de producción ocasionados por la subida de los derechos de emisión y el precio del gas elevaron también la base imponible gravada por el impuesto sobre la producción de energía (suspendido temporalmente el 24 de junio), lo que suma 6,9 pp. al aumento de la electricidad. En síntesis, los autores del estudio achacan a la subida de los precios de derechos y gas natural casi el 80% del aumento en los precios de la electricidad en el primer semestre de 2021.  El Gráfico 4 ilustra cómo se altera la curva de oferta de electricidad al internalizar los derechos de emisión (línea discontinua en el panel izquierdo), pudiéndose incluso producir una alteración en la ordenación por coste del tipo de centrales empleadas en la generación de electricidad (panel derecho) ya que, por ejemplo, las centrales de carbón emiten más gases de efecto invernadero que las centrales de ciclo combinado y son desplazadas hacia arriba. Asimismo, un aumento del precio del gas natural puede desplazar estas últimas hacia arriba en favor del carbón, por ejemplo.

Gráfico 4. Internalización del coste de derechos de emisión y cambios en la composición de la oferta

Fuente: Manual de la Energía. Energía y Sociedad, p. 96.

Como se ha indicado anteriormente, los precios de los derechos de emisión y del gas natural han mantenido en el segundo semestre de 2021 la intensa tendencia alcista iniciada en el primer semestre de 2021 y han continuado presionando al alza los costes de las centrales de ciclo combinado, carbón y fueloil que, como hemos visto en el Gráfico 2, juegan un papel importante en la formación de los precios del mercado mayorista eléctrico. El Gráfico 5 corrobora la existencia de una relación muy estrecha entre la evolución de los precios del gas natural y los precios de la electricidad en España.

En cuanto a las causas, el informe del operador del Mercado Ibérico de Gas (MIBGAS) del tercer trimestre de 2021 reconoce que “si hay algo que caracteriza la evolución del mercado de gas en el último trimestre es su extraordinario incremento de precio. Solo en los últimos tres meses, el precio del gas en MIBGAS se ha duplicado”, y subraya que “a pesar de la recuperación económica tras la vacunación frente a la pandemia y, por ende, de la recuperación de la demanda de gas, ésta no ha sido el factor fundamental que ha llevado a los precios del gas a marcar máximos históricos en el tercer trimestre”. El operador achaca la subida “al comportamiento de los grandes suministradores de gas a Europa por gasoducto” desde Noruega, por trabajos de mantenimiento, y en el caso de Rusia, por la reducción de 30% del volumen suministrado por el gasoducto de Ucrania. El gas de Argelia continuó fluyendo si bien “la próxima finalización de los contratos de tránsito del gas argelino a través de Marruecos, así como las declaraciones oficiales argelinas al efecto, añade un factor de incertidumbre adicional”.

Gráfico 5. Precios del gas natural y del precio de la electricidad

Fuente: MIBGAS.

A las tensiones políticas en Ucrania y en el Sahara, dos conflictos enquistados en Europa y África, se suma el aumento de la demanda de gas ruso tanto por parte de China, a través del gasoducto Power of Siberia, como por parte de Turquía. Las sanciones políticas y económicas de la UE contra Rusia por su participación en el conflicto de Ucrania no sólo no han tenido el efecto deseado de disminuir las tensiones, sino que han reforzado los lazos entre los gobiernos de Rusia y China e impulsado sus intercambios comerciales, incluida la venta de gas ruso al gigante asiático que se espera crezca 58,9,0% de aquí a 2030. En el caso del conflicto argelino-marroquí, el cierre el 31 de octubre de 2021 del mayor gasoducto que transporta gas desde Argelia a España a través de Marruecos redujo la llegada de la materia prima a Tarifa. Para paliar los efectos del cerrojazo marroquí, Argelia aumentó 23,4% el flujo de suministro a través del gasoducto directo Medgaz  y se incrementó notablemente el transporte de gas natural licuado por barco, con el consiguiente encarecimiento del precio del combustible. Ni la diplomacia de la UE ni la española han sido lo suficientemente hábiles para conseguir la colaboración de gobierno marroquí para garantizar el abastecimiento de gas procedente de Argelia. Y no son pocas las palancas de que dispone la UE que mantiene una relación de asociación privilegiada con el Reino de Marruecos, constituye el mayor mercado para sus exportaciones y es su mayor inversor extranjero. Aunque siempre con tacto, a veces conviene usarlas. 

Políticas unilaterales y deficiencias en gobernanza

No son los ‘mercados’ sin más sino las decisiones políticas y la falta de habilidad para jugar la partida en el mercado de la diplomacia las que están detrás del fuerte aumento del precio de la electricidad en España. Este artículo ha puesto de manifiesto que ni las instituciones de la UE ni los gobiernos europeos, incluido el español, han encontrado la fórmula apropiada para mejorar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero sin poner en peligro el bienestar de varios cientos de millones de ciudadanos. La mayoría de los países miembros son altamente dependientes desde un punto de vista energético y la UE debería ser mucho más cauta tanto al fijar los objetivos de reducción de emisiones para los próximos años, como al desplegar su inefectiva e incongruente diplomacia al afrontar conflictos geopolíticos. 

La consecuencia de establecer unilateralmente objetivos tan ambiciosos de reducción de emisiones han elevado fuertemente los precios de los derechos de emisión desde 2018 y la torpe política exterior de la UE está detrás del desabastecimiento y fuerte aumento del precio del gas natural en los últimos meses. Y éstas son, como hemos visto, las causas principales del desorbitado aumento de los precios de generación de electricidad en España que, no sólo nos perjudican a los consumidores, sino que afectan a la competitividad de nuestras empresas, al empleo y, en última instancia, a la supervivencia económica en un mundo globalizado. ¿A qué esperan para establecer un arancel comunitario que grave las importaciones de bienes y servicios con un impuesto equivalente al coste de los derechos de emisión que soportan, directa o indirectamente, los productores locales de esos mismos productos? 

Y, ¿para cuándo una política exterior realista e independiente que no ponga en peligro el suministro de materias primas esenciales para nuestras economías? Resulta harto incongruente que los dirigentes de la UE no osen molestar a algunos países árabes, tan alejados en muchos casos de los estándares europeos en cuanto a la calidad democrática de sus instituciones y el respeto a los derechos humanos se refiere, porque el suministro de petróleo resulta vital para nuestras economías, pero nos entrometamos en las políticas internas de otros países cuyos suministros energéticos resultan igualmente prioritarios. Menos unilateralismo y retórica vacía, y más sentido común y prudencia a la hora de fijar objetivos y alianzas políticas que ponen en peligro nuestro modo de vida. 

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