El Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau, instalará entre este mes de enero y junio nada menos que 44 radares con el fin de controlar el tráfico en la capital catalana. El objetivo es controlar la velocidad de los vehículos que circulan por Barcelona, lo que, obviamente, tendrá como consecuencia el incremento de la recaudación por multas.
13 de estos radares se instalarán en entornos escolares de la ciudad y serán reconocibles por su color verde. El resto serán rojos y se instalarán en todos los distritos de la capital, según ha avanzado El Nacional citando a fuentes consistoriales. Lo cierto es que este proyecto de control del tráfico ya fue anunciado en 2021 pero, por problemas de licitación, no pudo llevarse a cabo y ha sido a finales de año cuando el Ayuntamiento ha logrado al fin cerrar el contrato. Los radares comenzarán a instalarse en los próximos días.
Solo en 2020, el Ayuntamiento impuso más de 600.000 multas por exceso de velocidad, el doble de las registradas el año anterior y a pesar de tratarse de un periodo excepcional por la pandemia de COVID-19.
Buena parte de los nuevos radares se instalarán en las calles que más tráfico registran. Es el caso de la calle Pau Claris a la altura de Urquinaona, Diagonal con Roger de Flor, Paseo de Bonanova esquina Anglí o la confluencia de Felip II con Murcia.