El atentado del 17 de agosto de 2017 que tuvo como escenarios Barcelona y Cambrils fue, según ha declarado este martes el ex comisario José Manuel Villarejo «un error grave» de Félix Roldán, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Según Villarejo, el máximo responsable en aquellos momentos del CNI «calculó mal las consecuencias» y «todo por darle un pequeño susto a Cataluña«.
Las palabras del ex comisario, cuyas credibilidad esta muy mermada por su trayectoria y su situación actual, han generado, como era de esperar, un terremoto político en Cataluña. Sobre todo teniendo en cuenta que la tesis del separatismo ha sido desde 2017 que detrás de este supuesto atentado islamista estaban las llamadas «cloacas del Estado«.
El diputado autonómico de Junts y abogado de Carles Puigdemont, Jaume Alonso Cuevillas, ha recordado, tras conocer la afirmación de Villarejo, que esta formación pidió «desde el primer día» que se investigaran «las evidentes conexiones entre el CNI y el imam» de Ripoll. Y se ha preguntado por qué a esta petición se dio siempre «una negativa rotunda».
ERC, por su parte, ha exigido la comparecencia ante el Congreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; del ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, y de Félix Roldán. Así lo ha anunciado su diputado en la Cámara baja, Gabriel Rufián, quien también ha asegurado que la declaración del ex comisario es de las que «hiela la sangre».
Otros independentistas han mostrado también su indignación tras conocer las palabras de Villarejo. Es el caso de Josep Rull, que ha asegurado que «sería inmoral» que el separatismo permaneciera «indiferente» de confirmarse los hechos. Quim Torra, por su parte, ha pedido «llegar hasta el final» para aclarar si el 17-A fue o no un «crimen de Estado».
Por su parte el padre del niño muerto en el atentado ha escrito en twitter: