La levedad con la que cursa la enfermedad provocada por la variante ómicron del COVID-19 ha llevado al Govern a barajar la idea de no extender el toque de queda más allá del próximo día 21. Así lo ha indicado este martes la portavoz del Ejecutivo autonómico, Patricia Plaja. La consellera ha explicado que «el impacto de ómicron es muy diferente del de la variante delta» pues, aunque la transmisibilidad es muy alta, «las afectaciones sobre la gente vacunada son menores».
Si todo sigue como hasta ahora, el toque de queda nocturno, que entró en vigor el pasado 24 de diciembre, acabará casi un mes más tarde. Plaja también ha dejado claro que este mensaje no debe «ser de relajación«. Sin embargo, ha admitido que el toque de queda es «una medida invasiva» que, de mantenerse la actual situación, se puede «eliminar», según recoge El Nacional.
La consellera también ha insinuado que la siguiente medida en caer sería la de la limitación del número de personas que pueden participar en una reunión, fijada ahora mismo en 10. Plaja, sin embargo, no ha podido avanzar en qué momento se producirá la reapertura del ocio nocturno, que tuvo que cerrar sus puertas a principios de Navidad ante el rápido avance de ómicron y la incertidumbre sobre cómo podría afectar esta variante a los contagiados y, por ende, al sistema sanitario.