El supuesto consenso en torno a la inmersión lingüística, repetido por el separatismo y parte de la izquierda durante décadas, hace aguas. Por una parte, sondeos recientes muestran que los catalanes rechazan abrumadoramente el monolingüismo obligatorio en catalán. Por otra, se han disparado las peticiones de familias para que en sus escuelas se cumpla el 25% en español que establece el Supremo. Ahora, además, empiezan a surgir voces públicas que muestran su desacuerdo con la exclusión del castellano como lengua vehicular.
Una de estas voces ha sido la del cantaor barcelonés Miguel Poveda, que en una entrevista publicada ayer en El País desvela que la imposición del catalán como lengua única durante su instrucción tuvo consecuencias nefastas en sus resultados escolares. «Era buen estudiante, pero era vago. A partir de los 10 años empecé a suspender todo y dejé de prestar atención. Le perdí el respeto. Nos ocurrió a muchos. Pasamos de dar una asignatura en catalán a darlo todo en catalán, menos una clase de castellano. No quiero echarle la culpa a eso, pero dejé de tener interés en las clases», revela Poveda.
«Me he enamorado del catalán cuando me he sentido libre»
Al final de la entrevista, sin embargo, Poveda explica que se ha reconciliado con el catalán, razón por la que ha incluido una canción en este idioma en su último disco: «Me he enamorado del catalán cuando me he sentido libre. No es que lo rechazara. Lo hablaba y lo entendía, pero las cosas que se hacen por imposición tienen mucha menos carga de amor. Cuando llegas a ellas desde tu libertad y tu curiosidad, surge el flechazo».