La energía eléctrica en España la producen empresas generadoras que ofrecen su producto, la corriente eléctrica, en un mercado mayorista donde se casan las ofertas de las generadoras con las demandas de las empresas distribuidoras y los grandes consumidores. El mercado fija precios para cada franja horaria del día y las empresas comercializadoras fijan posteriormente los precios a sus clientes por la energía suministrada a los pequeños consumidores. En España se ha producido un aumento sostenido en el precio de la electricidad en 2021, diga lo que diga, el presidente Sánchez, y el único consumidor medio al que no le ha subido la factura es al inquilino de La Moncloa porque se la pagamos el resto de los españoles.
El único consumidor medio al que no le ha subido la factura es al inquilino de La Moncloa porque se la pagamos el resto de los españoles.
Dada la estructura productiva de generación de electricidad en un país, el precio de mercado de la electricidad puede subir bien por haberse producido un aumento inesperado y permanente en las cantidades demandadas de energía que obliga a racionar las cantidades intercambiadas vía precio. En este caso, la única solución al problema es aumentar la capacidad de generación para satisfacer la creciente demanda, lo que requerirá inversiones en capacidad generadora y algo de tiempo para ejecutarles. Pero este escenario no describe en absoluto lo ocurrido en el mercado español porque, si bien se ha producido un repunte en la actividad económica y en la demanda de energía eléctrica en 2021, no estamos ante un aumento permanente e inesperado de la demanda que desborda la capacidad de generación, sino ante la mera recuperación parcial del terreno perdido en 2020.
En cuanto a las fluctuaciones que registra el precio de la electricidad a lo largo del día, entre horas de alta y baja demanda, está claro que se trata de un hecho recurrente al que tampoco puede achacarse el aumento sostenido de los precios de la electricidad en 2021. Más aún diría, la existencia de un diferencial de precio entre las horas de mayor y menor demanda, originado porque las empresas generadoras utilizan las centrales más coste-ineficientes para satisfacer los picos de demanda, apunta si acaso a una deficiente regulación del sector que ha permitido a las empresas generadoras mantener marginalmente activas centrales obsoletas para cubrir los picos diarios de demanda.
Si ni el aumento permanente de la demanda de energía eléctrica ni el funcionamiento del mercado son los responsables del encarecimiento, ¿a qué otros factores podemos achacar el aumento sostenido de los precios de la electricidad en 2021? La respuesta es al aumento en los costes de generación causados por el aumento en los derechos de emisión de CO2 y al aumento del precio del gas natural y a los cambios introducidos el 1 de junio de 2021 en el sistema de facturación.
Cantidades y precios en el mercado eléctrico
La primera duda que conviene despejar es si un sostenido aumento de la demanda de energía eléctrica está detrás del aumento que han registrado los precios. La respuesta es no. Como puede verse en el Gráfico 1, se han registrado unas elevadas tasas interanuales de crecimiento (corregidas por efectos laboralidad y calendario) de la demanda nacional entre marzo y junio de 2021, coincidiendo con los meses en que se decretó la suspensión de actividades no esenciales y el confinamiento de la población. pero esas tasas se han ido moderando a lo largo del segundo semestre de 2021 hasta hacerse incluso negativas en julio, octubre y diciembre. A simple vista puede constatarse que la superficie bajo el eje de abscisas en 2020 es mayor que la que está por encima del eje en 2021. Para los mas escépticos: Red Eléctrica Española (REE) confirma en la nota de prensa publicada el 4 de enero de 2022 que “en el cómputo total del año, la demanda se estima en 256.462 GWh, un 2,6% más que en el mismo periodo de 2020 y un 3,1% menos que en 2019”.
Despejada esta primera duda, vamos a examinar ahora cómo han evolucionado los consumos y los precios diarios de la energía eléctrica en días similares desde 2019 hasta 2022. Los días elegidos son el miércoles 5 de enero de 2022 (último disponible cuando escribía el artículo), el martes 5 de enero de 2021, el miércoles 8 de enero de 2020 y el martes 8 de enero de 2022, todos días laborables en aproximadamente las mismas fechas del año para minimizar los efectos de laboralidad y temperatura. Los resultados en los Gráficos 2 y 3 presentan las cantidades máximas y mínimas negociadas en el mercado diario y los precios mínimos y máximos, respectivamente, que proporciona el Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE) en esos cuatro días.
Varias conclusiones se pueden extraer de estos dos gráficos. Primera, los consumos máximos en 2022 son notablemente inferiores a los de 2019 e incluso los consumos mínimos se han reducido en el año de la recuperación económica, confirmando que los aumentos registrados en los precios desde 2019 no pueden achacarse a un aumento sustancial de la demanda de energía eléctrica.
Los consumos máximos en 2022 son notablemente inferiores a los de 2019 e incluso los consumos mínimos se han reducido en el año de la recuperación económica
De hecho, los consumos máximos muestran un perfil decreciente a lo largo del tiempo y el consumo máximo el 5 de enero de 2022 fue 21,77% inferior al del 8 de enero de 2019. Segunda, los precios máximos y mínimos registraron una caída en 2020, achacable a la caída de las cantidades negociadas por el desplome de la actividad económica, pero a comienzos de 2021 habían recuperado los niveles de 2019 a pesar del descenso de las cantidades negociadas. Tercera, aunque las cantidades negociadas el 5 de enero de 2022 fueron inferiores a las del 5 de enero de 2020, los precios máximos y mínimos alcanzaron niveles estratosféricos: 250,34 y 75,38 € por MWh, respectivamente.
Precio voluntario para los pequeños consumidores y la reforma de 1 de junio de 2021
Llegados a este punto, conviene aclarar dos aspectos importantes. Primero, los precios que casan las ofertas y demandas horarias en el mercado ibérico de energía eléctrica coinciden aproximadamente con el precio medio horario empleado a efectos del cálculo del precio medio horario a los efectos del cálculo del precio voluntario del pequeño consumidor (PVPC) que afecta a unos 11 millones de clientes. Como el lector puede comprobar en el Gráfico 4, los precios medios mínimo y máximo de referencia a efectos del cálculo del PVPC fueron 76,11 y 250,20 € por MWh el 5 de enero de 2022, muy similares a los que aparecen en las dos primeras columnas en el Grafico 2, 75,38 y 250,34 € por MWh.
Segundo, los precios diarios PVPC mínimo y máximo se forman a partir de un precio de mercado diario e intradiario que es sustancialmente superior a ese precio medio de referencia. Como puede comprobarse en el Gráfico 5, los precios en el ‘Mercado diario e intradiario’ que proporciona Red Eléctrica Española (REE) fueron 94,23 y 298,76 € por MWh el 5 de enero de 2022, esto es, 23,8% y 19,41% más altos, respectivamente, que el precio medio horario para efectos del cálculo PVPC, 76,11 y 250,20 € por MWh que proporciona OMIE.
Tercero, a esos precios de mercado de diario e intradiario hay que sumar el coste por ‘Servicios de ajuste’, ‘Financiación Operador Sistema’, Financiación Operador de Mercado’, ‘Coste de comercialización variable’, y ‘Peajes y cargos’ para obtener los precios mínimo y máximo, 114,73 y 408,58 € por MWh, respectivamente, que aparecen desglosados en la parte inferior del Gráfico 5, y cuyo total aparece en las columnas tercera y cuarta en el Gráfico 1. Estos precios ‘finales’ son 52,20% y 63,20%, respectivamente, superiores a los precios del mercado diario en el Gráfico 1. Finalmente, a los costes de la energía hay que sumar en la factura eléctrica los cargos por potencia contratada, impuestos sobre electricidad, alquiler del contador e IVA normal para llegar al precio final de la electricidad PVPC. El único alivio que han recibido los consumidores en los últimos meses es la reducción transitoria del tipo de IVA, el impuesto especial sobre la electricidad y el impuesto sobre la producción de energía eléctrica.
El único alivio que han recibido los consumidores en los últimos meses es la reducción transitoria del tipo de IVA, el impuesto especial sobre la electricidad y el impuesto sobre la producción de energía eléctrica.
El 1 de junio de 2021 se introdujeron reformas sustanciales en el modelo facturación para los clientes PVPC que analicé en mi artículo “Cómo nos confunden las eléctricas con ayuda del gobierno”, publicado en este diario el pasado 4 de septiembre. En concreto, los dos períodos diarios valle y punta de 12 horas cada uno fueron sustituidos por tres períodos en los días laborables, valle de 0:00-8:00 horas, llano de 8:00 a 10:00 y 14:00 a 16:00 horas, y punta de 10:00-14:00 y 18:00-24:00 horas, y los sábados y domingos pasaron a ser valle. Aunque el total de horas valle se ha mantenido constante, los consumidores perdimos 6 horas valle en horas de mucha actividad en el hogar, perjudicando casi con toda seguridad a la mayoría de los consumidores PVPC. Esta reforma introdujo, además, peajes diferenciados por potencia contratada y consumo de energía, y convirtió el coste principal de la factura ‘Consumo de energía” en una cifra imposible de verificar multiplicando los consumos realizados por el precio del KWh en los distintos periodos, a diferencia de lo que ocurría hasta ese momento.
Miremos por último a lo que nos dice el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la evolución del precio de la electricidad que pagamos los consumidores. El Gráfico 6 muestra la evolución del precio de la electricidad que pagan los consumidores, no el inquilino de La Moncloa al que su factura no ha subido nada. El resultado confirma lo que a la vista del análisis de la evolución de los precios en el mercado mayorista y los precios de la electricidad PVPC cabía esperar: los precios de la electricidad que pagan los consumidores han registrado una brusca subida en 2021. La tasa interanual de crecimiento en octubre era 62,79% y esa cifra se ha moderado a 46,65% en noviembre, el último mes para el que disponemos de datos. Mírese como se quiera: los precios que pagan los consumidores de la electricidad se han duplicado en 2021 y solo una reducción sustancial de las cantidades consumidas podría reducir la factura que pagamos.
Conclusiones generales
No obstante, todo lo dicho en este artículo, el presidente Sánchez compareció en el Senado el 21 de diciembre de 2021 para ‘demostrar’ que la factura media en 2021es inferior a la de 2018, apelando nada menos que a Eurostat. Por cierto, que en el documento disponible en la página de internet de La Moncloa se echa en falta el enlace a Eurostat para comprobar sus afirmaciones. En fin, causa alarma ver a todo un presidente de Gobierno y doctor en Economía hacer trampas con tanta soltura. Afirmó el presidente en su comparecencia que la factura media según Eurostat fue de 608 € en 2018 y que esa factura ascendería a 639 a causa de la inflación y a 700€ si el gobierno no hubiera hecho nada, pero como las medidas fiscales del gobierno la han rebajado en 84 €, llega a la conclusión de que la factura es 613 €, aunque la aritmética nos dice que 700 menos 84 son 614, cifras ambas inferiores a 639.
Terminó su intervención y se marchó tan ufano a La Moncloa convencido de que había machacado al senador Maroto que le había formulado la pregunta en nombre del Partido Popular. La primera trampa que hace el presidente es actualizar la factura con la ‘inflación’ sin especificar cuál es el índice de precios que utiliza para ello. La segunda es que no explica cómo pasa de 639 a 700 €, la supuesta factura media en 2021, ni tampoco cómo calcula que las medidas adoptadas por el gobierno han rebajado esa supuesta factura en 84 €. Pero la trampa gorda, imperdonable en un economista, es de mucho más alcance. Supongan ustedes que el precio de la electricidad se dobla entre 2018 y 2021 y ustedes reducen a la mitad su consumo. ¿Cuánto pagarían ustedes? Lo mismo, verdad. Pues bien, hemos visto en este artículo que el consumo de energía eléctrica ha caído en España y muchos ciudadanos saben muy bien que están pasando frío y haciendo sacrificios para pagar algo menos.
Olvidémonos de los insolventes cálculos del presidente Sánchez y vayamos al meollo del asunto. Las conclusiones generales que podemos extraer del análisis realizado en este artículo son las siguientes:
1. El precio en el mercado de generación de la electricidad ha registrado un aumento extraordinario en 2021.
2. Dicho aumento no puede achacarse a un aumento de la demanda provocado por la recuperación económica, ya que los consumos son todavía inferiores a los de 2019.
3. Tercero, la reforma implantada el 1 de junio de 2021 no ha ayudado a los pequeños consumidores y ha disminuido la transparencia de la factura eléctrica.
4. Cuarto, las reducciones del precio final de la electricidad por las reducciones impositivas han moderado algo la subida de los precios, pero no han compensado los fuertes aumentos registrados en los precios en 2021 y son, además, transitorias.
5. Quinto, los precios de la electricidad que pagamos los consumidores han aumentado de forma desorbitada. Lo hemos comprobado examinando la evolución del precio voluntario que pagan los pequeños consumidores (PVPC) y el índice del precio de la electricidad del conjunto de los consumidores.
Lo que cada uno de nosotros acaba pagando en la factura eléctrica depende tanto del aumento de los precios como de las cantidades consumidas. La mayoría de los españoles, pese a los esfuerzos que hemos hecho por reducir el consumo de energía, hemos visto cómo se disparaban nuestras facturas y quizá el único consumidor cuya factura ha permanecido inalterada en 2021 sea el inquilino de La Moncloa.
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