Uno de los mayores privilegios que se puede tener es ser catalán y vivir en Madrid. Muchos se preguntarán por qué. La respuesta es sencilla: puedes observar con mucha más perspectiva cómo una buena gestión económica y política puede levantar una comunidad y ponerla como referente internacional, que es el caso de Madrid: una tierra acogedora donde no se te pregunta ni de dónde vienes ni a dónde vas.
En Cataluña un procés egoísta y una clase política irresponsable ha llevado a la ruina a una de las mejores Comunidades Autónomas que tiene España.
Me duele ver mi tierra desdibujada, desfasada, con poca vida y especialmente ver el sectarismo y el odio que se ha inculcado por parte de la clase dirigente catalana a su propia gente. Donde tiempos atrás éramos una comunidad acogedora, que estábamos orgullosos de nuestras raíces como catalanes pero sobre todo como españoles aportando lo mejor de nosotros a nuestro país, abiertos hacia el proyecto integrador que es Europa, hemos pasado a ser una comunidad que se ha vuelto cerrada e ingobernable y que aquellos que ejercen el poder prefieren mirarse el ombligo hablando de libertad pero que cuando tienen que ejercerla de verdad ante una crisis sanitaria y económica, no tienen el valor de defender a los catalanes, tomando unas medidas contra la COVID-19 totalmente desnortadas que han llevado a la ruina a Cataluña.
Y los perjudicados siempre somos los mismos: nosotros.
Hace falta que una gran parte de catalanes dejen el rencor y que vuelvan a mirar hacia el futuro, que pasa inexorablemente por una España fuerte y por Europa, el mayor espacio común de libertad, concordia y fraternidad que hemos tenido jamás
Hace falta que una gran parte de catalanes dejen el rencor y que vuelvan a mirar hacia el futuro, que pasa inexorablemente por una España fuerte y por Europa, el mayor espacio común de libertad, concordia y fraternidad que hemos tenido jamás.
Hace falta una Cataluñaa que esté libre de rencores y de nacionalismos, que esté impregnada de los principios que representaron los padres fundadores de Europa, que se vuelva abrir al mundo, que sea un faro de luz que traiga inversiones, riqueza y que vuelva a ser el referente económico, político y social que fue antaño. Hay que construir un verdadero puente aéreo con Madrid para relanzar un fortalecimiento institucional sólido y que sea referente en todo el mundo y eso pasa inevitablemente por un Govern de la Generalitat que respete las instituciones y sobre todo, que respete a los catalanes.