Si hubo un tiempo en el que los exabruptos de extremistas nacionalistas no acarreaban consecuencias, ese periodo parece estar tocando a su fin. Así, después de que en los últimos meses dimitiesen la vicerrectora de la UPC por pedir «fuego» y «contenedores quemados» el 11-S y la vocal de Cultura de Bellaterra por hablar de «ñordos», el profesor de la Pompeu Fabra Héctor López Bofill podría ser sancionado por la universidad por haber justificado que hubiese «muertos» en aras de materializar la secesión de Cataluña.
En concreto, López Bofill, también concejal de Junts per Catalunya en Altafulla, señaló en un tuit este lunes que «se admite resignadamente que mueran casi 25.000 personas de Covid-19 y nos inspira un terror absoluto que muera alguien como consecuencia de un conflicto de emancipación nacional». No era la primera de sus declaraciones que generaba controversia, pues en otra ocasión, por ejemplo, reclamó dejar de considerar catalanes a los ciudadanos constitucionalistas.
El caso es que, tras lo polémica suscitada por las palabras de Bofill, la Pompeu Fabra se ha desmarcado de éstas señalando que no las comparte. El centro empieza su nota indicando que «respeta el principio democrático de la libertad de expresión, como no podía ser de otra manera». Sin embargo, acto seguido aclara que el tuit de su docente «no refleja ni la visión ni los valores de esta universidad». Finalmente, y aunque precisan que las declaraciones de la polémica no han tenido lugar en las instalaciones universitarias ni están relacionadas con la actividad académica, revelan que se ha «pedido al órgano competente de la universidad que explore si, en virtud de los principios y mecanismos que recoge el código ético, corresponde emprender algún tipo de acción».