El republicano Pere Aragonés se ha quedado solo en la Conferencia de Presidentes en la defensa de restricciones durísimas para hacer frente a la variante ómicron durante las próximas semanas. El Govern tiene previsto implantar en Cataluña el toque de queda entre la 1.00 y las 6.00 horas a partir del viernes y hasta el día 6 de enero. Además, prevé el cierre total del ocio nocturno y ha reducido el aforo interior de los restaurantes al 50%. Medidas que no ha recogido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Aragonés ha insistido en que las medidas que pretende implantar en Cataluña están apoyadas por «los expertos«, quienes «proponen limitar la movilidad». De ahí que haya mostrado su «decepción» ante las decisiones tomadas por el Gobierno central para hacer frente a la sexta ola de la pandemia.
Más dinero
El presidente ha aprovechado la conferencia celebrada con Sánchez y sus homólogos autonómicos para reclamar más fondos COVID. Una petición no atendida por el socialista a pesar de que Aragonés lo ha calificado «un fondo absolutamente necesario para el refuerzo sanitario». No ha mencionado el republicano que Sánchez sí ha avanzado que durante 2022 el Estado inyectará en las Comunidades Autónomas casi 300 millones de euros para este mismo objetivo.
Aragonés, finalmente, ha afirmado que el Gobierno ha decidido recuperar las mascarillas en exteriores «para demostrar que se toman decisiones», pero «no por la medida en sí misma». Y ha insistido en que la vacunación no será suficiente para acabar con la sexta ola de COVID-19. «Me reafirmo en las decisiones que tomamos el lunes», ha insistido Aragonés, «son medidas duras y que no deseo pero son razonables ante la situación en la que nos encontramos».