La clase autonómica catalana ha terminado por sucumbir al pánico generado por la nueva variante del COVID-19 ómicron. Tanto es así que este martes el Parlament dará el visto bueno a un paso atrás en la forma de afrontar la pandemia. De este modo, solo asistirá a los plenos el 50% de los diputados mientras que las comisiones se celebrarán por vía telemática y se facilitará a los funcionarios de la casa el teletrabajo en la medida de lo posible.
Estas medidas afectarán al pleno del próximo día 23, en el que se tiene que dar el visto bueno a los presupuestos de la Generalitat para 2022. Los diputados que no asistan, según ha avanzado El Nacional, seguirán la sesión por el Canal Parlament y podrán delegar su voto en los que sí participen presencialmente.
Mascarilla, ventilación y menos gente
Ómicron ha provocado un incremento en el número de contagios en Cataluña. La irrupción de esta nueva variante llega justo en unas fechas de gran movilidad y encuentros por las fiestas navideñas. Ante esta situación, la secretaria de Salud Pública, Carmen Cabezas, ha pedido que durante las próximas semanas se reduzca «la interacción social al máximo». También ha recomendado a los catalanes «llevar la mascarilla bien puesta y ventilar muchísimo». La directora de CatSalut, Gemma Craywinckel, ha pedido a los ciudadanos que sean conscientes «de la situación del sistema de salud».
Más radical se ha mostrado el exasesor del Govern sobre la pandemia, el doctor Oriol Mitjà, quien ha pedido que se cancelen las comidas navideñas porque la previsión es que «haya un gran pico» de contagios en enero y, aunque ómicron provoca una enfermedad menos grave que delta, «infectará a un número muy grande de personas, incluyendo vacunados».