El PSC vuelve a verse obligado a mantener un delicado equilibrio entre el separatismo y el constitucionalismo. Así ha quedado claro en su postura en el tenso debate abierto en torno a la lengua estas semanas en Cataluña. Sobre todo en el Parlament, donde la diputada socialista Esther Niubó ha hecho un encendido discurso en defensa del bilingüismo pero con el cual ha intentado dar una de cal y otra de arena a la hora de buscar culpables para la situación actual.
Niubó ha exigido la despolitización de la lengua y la enseñanza. Ha acusado al separatismo de haber llevado el catalán a sus horas más bajas, al convertirlo en una lengua «antipática» y «de imposición«. Pero también ha arremetido contra el PP, recordando al ex ministro de Educación, José Ignacio Wert, con su pretensión de «españolizar a los niños catalanes» y criticando al actual líder de los populares, Pablo Casado, por hablar de «apartheid lingüístico».
Con estos mimbres, el PSC se ha abstenido en la votación de una moción de la CUP que reclama que el Govern de Pere Aragonés se comprometa a asumir «la plena responsabilidad política y jurídica» en la defensa del catalán. La propuesta ha salido adelante con los votos de ERC, Junts y En Comú-Podem. Los socialistas, además, han votado a favor de una moción de Ciudadanos que exige que se imparta el 25% de la enseñanza en castellano, tal y como ha fijado una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y ha refrendado el Tribunal Supremo. Esta moción ha sido apoyada también por Vox y por el PP.