El nacionalismo ha defendido históricamente que Cataluña es una comunidad fiscalmente maltratada, presunto agravio por porte del Gobierno central que justificaría la necesidad de separarse de España. Sin embargo, la realidad económica de Cataluña —por lo que a inversiones se refiere— es muy otra. Al menos, es lo que aseguró ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que mantuvo que la inversiones que efectúa el Ejecutivo en su comunidad son «cuatro veces inferiores» a las que realiza en la comunidad catalana.
Para la presidenta madrileña, el hecho es singularmente sangrante, puesto que, como recordó, su región es la que «más aporta a la caja común de los españoles». «Obligados a hacerlo y orgullosos de ello», quiso aclarar la líder conservadora. No obstante, la presidenta madrileña no quiso pasar la oportunidad de criticar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez dispensa «un trato muy injusto con la comunidad de Madrid, que está al servicio de España, pero también tiene sus propias necesidades». Tanto es así, que Ayuso no dudó en calificar a Madrid como una comunidad «intrafinanciada».
No es la primera vez que la lideresa denuncia lo que considera un trato de favor injusto del Gobierno central a la Cataluña nacionalista, de cuyos votos depende el Ejecutivo para sacar adelante su acción de gobierno. Así, el pasado agosto denunció que «no puede ser que cada concesión que se hace a Cataluña sea en detrimento de España», criticando que el proyecto común se viese lastrado por la «tiranía de las minorías»