La aparición de omicron, una nueva variante del SARS-CoV-2, ha extendido el pánico por Occidente, que intenta protegerse entre mensajes contradictorios de las autoridades sanitarias internacionales y nacionales. Basta ver cómo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha criticado este miércoles las restricciones ordenadas por varios países, entre ellos España, a los viajes procedentes de diferentes puntos de África mientras que, a la vez, la entidad dirigida por Tedros Adhanom Ghebreyesus ha recomendado a los mayores de 60 años no viajar durante las próximas semanas ni en Navidades por el elevado riesgo de contagio que, al parecer, presenta esta nueva mutación del virus.
Esta recomendación, recogida por numerosos medios, se dirige también a aquellas personas que tengan enfermedades de base que puedan verse agravadas por el COVID-19 y a quienes «corren el riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad».
Limitación de participantes en los eventos navideños
En España, la alerta es cada vez mayor. El número de casos, 208 por cada 100.000 habitantes en estos momentos, no para de subir aunque también es cierto que la gravedad de los mismos no tiene nada que ver con la de otras olas de la pandemia que azota el mundo desde marzo de 2020. A pesar de ello, el Ministerio de Sanidad ha aconsejado este miércoles limitar el número de participantes en los encuentros que se celebrarán en las próximas semanas con motivo de las fiestas de Navidad y Fin de Año.
En este sentido, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dirigido por Fernando Simón, señala en un documento que la incertidumbre sobre la variante omicron y «una posible disminución de los efectos de las vacunas» con el paso del tiempo, recomiendan incrementar el proceso de vacunación en «la población diana» y «mantener y subrayar» las medidas de control no farmacológicas contra el virus. En el mismo documento, los expertos piden también un mayor control de las personas procedentes del sur de África.
En lo que a Cataluña se refiere, Salut está a la espera de confirmar que los dos casos registrados hasta el momento de la variante omicron son realmente de la nueva cepa. Se trata de dos pasajeros procedentes de Sudáfrica, que habían hecho escala en Alemania y que fueron detectados en el Aeropuerto del Prat. Mientras se despeja la incógnita, el departamento dirigido por Josep Maria Argimon está a la espera de que el viernes entre en vigor el llamado pasaporte COVID, un documento obligatorio para poder acceder al interior de bares y restaurantes, gimnasios, espacios deportivos y residencias de ancianos.