ENTREVISTA / Antonio Gallego (Vox): «El cordón sanitario retrata el enanismo intelectual de los separatistas»

La formación liderada por Ignacio Garriga busca fórmulas para forzar al Govern a respetar la sentencia sobre el castellano

El diputado autonómico Antonio Gallego en una comparencia en el Parlament.

El economista Antonio Gallego (Barcelona, 1974) es uno de los 11 diputados con los que Vox irrumpió en el Parlament catalán tras las elecciones del pasado mes de febrero. El separatismo y la ultraizquierda los recibieron pactando un cordón sanitario que les ha llevado a votar en contra de propuestas como el incremento de las ayudas para los enfermos de ELA o para los traslados de pacientes que tengan que recibir tratamiento fuera de Cataluña. Sin embargo, al grupo liderado en Cataluña por Ignacio Garriga, y en España por Santiago Abascal, no le preocupa esta actitud. «No hemos venido al Parlament para hacer amigos», afirma Gallego, a la vez que critica situaciones desagradables como que los diputados separatistas «agachen la cabeza» cuando se cruzan con ellos por los pasillos de la Cámara para evitar saludarles.

¿La decisión del Supremo de consagrar que el 25% de la enseñanza en Cataluña debe impartirse en castellano puede ser el fin del modelo educativo de la inmersión lingüística?

Es una decisión que nos da alas a los que denunciamos desde hace años que el separatismo estaba imponiendo en Cataluña un modelo absolutamente ilegal que vulneraba los derechos fundamentales de miles y miles de catalanes. ¿Será el fin? No soy muy optimista porque, por lo que veo, el separatismo se salta a la torera las sentencias de los tribunales desde hace años. Es un gobierno en franca rebeldía. No acatan y en este país no pasa nada. Esto es muy desalentador para los constitucionalistas y los españoles. Aunque los tribunales te dan la razón, ellos acaban haciendo lo que quieren. La novedad es que ahora está Vox en el escenario y vamos a hacer todo lo que se pueda hacer para que se ejecute la sentencia, para que lo que ha dicho el Alto Tribunal se mantenga. Lo que ocurre en Cataluña no tiene nombre. Es una auténtica rareza. No hay ningún país del mundo en el que no se pueda estudiar en la lengua oficial. Esto es común en Cataluña y en otras partes de España y es de juzgado de guardia.

Ignacio Garriga ha pedido que se suspenda la autonomía ante el anuncio del Govern de no acatar la sentencia. Justicia ha recordado al Govern que las sentencias se respetan pero Educación les ha dicho que tienen un par de meses para ejecutarla y que, si no lo hacen, ya se verá.

Creo que el Gobierno de Sánchez no moverá ningún dedo para que se cumpla la sentencia. Es más, no descartamos una declaración del PSC en ese sentido. La verdad es que yo no veo al Ejecutivo con la convicción suficiente para hacer lo que hay que hacer para que se cumpla la sentencia. No tengo ninguna esperanza.

Ponen el grito en el cielo por una sentencia que habla solo del 25% de castellano. ¡Les queda un 75% en catalán y lo llaman ataque fascista del Supremo!

Antonio Gallego

La verdad es que, en Cataluña, Salvador Illa ha defendido el catalán como lengua vehicular pero, a la vez, apuesta por un modelo en el que los centros se adapten a la realidad de su alumnado.

El modelo tiene que pasar porque el español, que es el idioma oficial y la lengua común de todos los españoles, esté presente claramente en la escuela. Tiene que ser el idioma en el que se pueda  estudiar en toda España. Y luego también hay que incluir unas horas lectivas a la semana para el conocimiento de la otra lengua oficial de la comunidad. Además, hay que ir introduciendo el inglés, que es lo que nos dará la capacidad de conectarnos con el resto del mundo. Es muy sencillo. Es de sentido común. Se trata de tener respeto y tolerancia hacia todo el mundo. Tenga en cuenta que el separatismo está poniendo el grito en el cielo por una sentencia que habla solo del 25% de castellano. ¡Les queda un 75% en catalán y están diciendo que es un ataque fascista del Tribunal Supremo! No tiene ninguna lógica. Es un delirio separatista claro y ajeno al sentido común. Nosotros lo que defendemos es un equilibrio y ellos quieren la imposición de una lengua sobre otra.

No aceptan nada que no sea esa imposición.

Claro, ellos quieren acabar con el castellano. Y la verdad es que este 25% de castellano puede ayudar a que los  niños que tienen esta lengua como lengua materna se sientan en el colegio un poco más como en casa. La realidad es que hay que hacer todo lo posible para que la sentencia se ejecute. Lo que tampoco puede tolerar es que una administración y unos políticos incumplan decisiones de los tribunales y aquí no pase nada.

Pero, salvo que la Abogacía del Estado pida la ejecución de la sentencia, no se puede hacer mucho. ¿Qué posibilidades tiene Vox de forzar la ejecución de la sentencia?

Nosotros podemos pedir la ejecución pero el tribunal ha de reconocernos como parte con legitimación suficiente como para poder presentar esta petición. Entendemos que el tribunal lo verá así porque tenemos una amplia representación en España, tenemos 52 diputados. La petición se haría desde el partido a nivel nacional porque ha sido una decisión del Tribunal Supremo aunque también podría ser que la pidiéramos desde Cataluña. 

Ellos presumen de que no cumplirán la sentencia y, por lo tanto, no se puede decir que Cataluña sea una tierra democrática

Antonio Gallego

Realmente es una sentencia del TSJC. 

Sí, creo que podremos hacerlo. Es lo que nos ha dicho nuestro equipo jurídico, que tenemos margen para hacer cosas. Además, vamos a llevar el debate al Parlament en cuanto podamos. Vamos a hablar alto y claro porque es una auténtica vergüenza que gobernantes públicos digan que las sentencias les dan igual, que no respeten la separación de poderes. Así está la democracia en este país. Ellos pasan olímpicamente y es una auténtica barbaridad porque lo que demuestra es que en Cataluña no hay democracia. Ellos presumen de que no cumplirán y, por lo tanto, no se puede decir que Cataluña sea una tierra democrática. Por otro lado, ¿qué legitimidad tiene la Generalitat para hacerme a mí cumplir sus sentencias y sus decretos cuando ellos no lo hacen?

Bueno, sí los ciudadanos acatan todo lo que ordenan desde la Generalitat…

Los ciudadanos tienen que entender que, sin separación de poderes, no hay democracia. Estamos hablando de una tiranía lazi. Hablamos de otra cosa. Si hablaos de una tiranía lazi, hay que combatirla de otra manera. Es un sujeto político que no juega dentro de las reglas de juego normales. Ellos aplican y crean normas, obligan a los ciudadanos pero a ellos ningún tribunal puede hacerles cumplir a ellos nada porque están por encima del bien y del mal. Es un cambio radical de modelo y es una tiranía.

No puedes permitir que los tribunales no tengan jurisdicción en una parte de España. ¡Es una locura!

Antonio Gallego

Pero el constitucionalismo, frente a esto, está desarmado.

Sí, pero al menos sabemos qué cara tiene el enemigo. Uno tiene que saber si el enemigo juega o no en el mismo campo de batalla que tú, si juega o no con las mismas cartas. Si queda claro, como vemos desde hace años, que esta gente se ha echado al monte, hay que plantear las cosas con otra contundencia. Por eso Santiago Abascal e Ignacio Garriga piden la suspensión de la autonomía. Tú no puedes permitir que los tribunales no tengan jurisdicción en una parte de España. Es una locura.

Nos hemos acostumbrado a esto. Le recuerdo que Carles Puigdemont llegó a posar con las resoluciones del Tribunal Constitucional que le advertían sobre la ilegalidad del 1-O. Y posó riéndose. 

Por eso desde Vox tenemos claro que no podemos acostumbrarnos a lo anormal. Hemos de luchar cada día para que en Cataluña se restablezca la normalidad política. ¿Podemos volver a que se cumplan las bases de una democracia? En eso estamos.

El discurso separatista ha arrastrado también a los constitucionalistas y lo vemos en los debates en el Parlament, donde todos hablan como si estuvieran en una cámara nacional y no autonómica. 

Cierto. Los podemitas y los socialistas hablan siempre de país. Han comprado su marco mental. Hace unos días Ciudadanos quería apoyar el Pacto Nacional por la Industria. Y nosotros nos preguntamos a qué se refieren con lo de nacional. Estamos ahora mismo en esta batalla cultural de romper esos marcos mentales que se han ido construyendo desde hace muchos años. El separatismo estaba contento porque había arrastrado al resto de partidos a esa nomenclatura y, claro, entramos nosotros y les decimos que esto es una región y no les gusta. Es de locos.

Agachan la cabeza cuando nos cruzamos por los pasillos para no saludarnos. Son una cuadrilla de sectarios, maleducados e incompetentes

Antonio Gallego

Da la impresión de que en el Parlament solo se habla de ficción.

Cierto. Mire, la semana pasada hicimos el debate de Presupuestos y yo dediqué, de mis 30 minutos, solo dos a analizar los cambios frikis que ha hecho ERC para obtener apoyos. Los 28 minutos restantes los dediqué a dar cifras. Los separatistas y los socialistas se dedicaron a hablar de otras cosas. Yo llegué a la conclusión de que los debates son como una terapia de grupo. Ni siquiera en el debate de los Presupuestos bajan a la arena de las cosas.

Manejan miles de millones y no se sabe dónde van. Mientras tanto, hablan de un país que no existe y no parece que preocupe mucho a los ciudadanos. 

Ellos tratan de evitar las cuestiones de gestión en los debates políticos. Creen realmente que esto es una república. Y hablan como si Cataluña fuera un país independiente. Te los encuentras hablando de sus relaciones internacionales con España, por ejemplo. Y, mire, en la vida es muy importante saber lo que eres. Yo me miro al espejo y si pensara que soy guapo, rubio y cachas, iría por la vida de otra manera, pero tendría problemas porque es evidente que no lo soy (risas).

Ustedes acaban de llegar al Parlament. ¿Qué visión tienen de la Cámara?

Viven en otro planeta, en otra galaxia. Por otro lado, es sorprendente la simpatía y el cariño y el respeto con el que nos trata la inmensa mayoría de trabajadores del Parlament, desde camareras hasta mossos o Antonio, el señor que pasa la aspiradora por la moqueta. En cambio, es también sorprendente la falta de educación que muestra el 70% de los diputados. Agachan la cabeza cuando nos cruzamos por los pasillos para no saludarnos. Son una cuadrilla de sectarios, maleducados e incompetentes. 

Nos llaman racistas a nosotros, que tenemos un jefe como Ignacio Garriga y que estamos orgullosísimos de estar a su lado

Antonio Gallego

Muchos podrían considerar una genialidad que lleven más de una década sin gobernar y que sigan ganando elecciones. 

Llevan una década tocando la fibra más profunda de muchos ciudadanos de Cataluña. Es una apelación continua a la víscera, al sentimiento. Y todo vinculado a un nacionalismo que siempre lloriquea, gime y se queja. Muchos ciudadanos, al final, compran ese relato. Sobre todo cuando las cosas van mal. La gente entonces necesita culpables y ahí el nacionalismo ha jugado con astucia al echar la culpa a España de todos los problemas de los catalanes. Esto sigue ahí y lo escuchamos cada día en el Parlament. Es victimismo, hispanofobia y clasismo racista, que al final es lo que implica ser nacionalista. Creen que son superiores, que tienen una cultura y una mentalidad superiores a la del resto de españoles. Es algo que dicen continuamente. Piensan que los españoles son paletos y gente con malas costumbres mientras que se ven a ellos mismos como una raza superior.

En plena pandemia llegaron a decir que, en una Cataluña independiente, habría menos muertos.

¡Llegaron a culpar al Gobierno de los muertos! No se cortan. A nosotros nos acusan de racistas y de mil cosas, y luego tienes que ver estas cosas. Precisamente nos llaman racistas a nosotros, que tenemos a un jefe como Ignacio Garriga y que estamos orgullosísimos de estar a su lado y contentísimos de estar al lado de una persona que tiene una condición humana de 10.

Hay que ayudar a las mujeres maltratadas. Pero también hay mujeres que maltratan y eso hay que tenerlo en cuenta

Antonio Gallego

También les acusan de machismo.

Es lo mismo que pasa con lo del racismo. Nosotros tenemos mujeres trabajando de las que estamos orgullosísimos. Pero lo que sí decimos es que la ideología de género está enfrentando a hombres y mujeres y que eso no es el camino correcto para una sociedad sensata y equilibrada. Por otro lado, no vemos normal que la palabra de una mujer valga más que la de un hombre. Y no lo digo tanto por mí como por mis hijos, que el día de mañana serán ciudadanos de segunda si seguimos en esta escalada que se salta el artículo 14 de la Constitución. No es un camino normal. Pero, al final, lo que vemos ahí es una industria. Hay que ayudar a las mujeres maltratadas, claro que sí. Pero también hay mujeres que maltratan y eso hay que tenerlo en cuenta. Y el problema es que con todo esto se han creado muchos chiringuitos que persiguen la destrucción de la familia como célula vertebradora de cualquier sociedad. Las mujeres de Vox lo ven así, no necesitan una cuota, no necesitan que nadie las beneficie por ser mujeres. Y ahí estamos dando la batalla. Muchos tienen miedo de que les acusen de machistas y no se atreven pero luego reconocen en privado que tenemos razón. Hay que tener valentía. 

¿Ustedes creen que es realmente posible desmontar el chiringuito del procés?

Es fácil. Suspendiendo la autonomía o aplicando el artículo 155 de la Constitución, cerrando TV3 y cortando el grifo. Mientras estos señores puedan gastar miles de millones al año en adoctrinamiento separatista por diferentes vías, será todo muy complicado. Destinan cifras ingentes a la promoción del concepto de que Cataluña es igual a una república. Pero esto solo podrá hacer si Santiago Abascal es presidente del Gobierno.

Las élites políticas en Cataluña viven ajenas a los problemas de la gente. Nosotros hemos entrado con valentía, fuerza y hablando de las cosas del comer

Antonio Gallego

Parecía que era imposible que un partido como Vox entrara en el Parlament y ustedes lo han hecho a la primera y con 11 diputados. ¿Cuál es el secreto?

Que no nos andamos con chiquitas. Si tenemos que llevarlos a los tribunales y meterlos en la cárcel, lo hacemos. Si tenemos que decir que una norma atenta contra los derechos fundamentales de los trabajadores, también lo hacemos. Trabajamos con sentido común. Mucha de la gente que nos apoya es gente que dobla el lomo y que madruga, son currantes. Y están viendo que las actuales élites políticas se dedican a saquearles vía impuestos. Ahora también con los ecoimpuestos. Les están torpedeando con la Agenda 2030 y el ecologismo histérico. Estamos viendo el precio de la luz disparado, la guerra contra el coche, empresas cerrando… Y la gente se está dando cuenta de que las élites políticas en Cataluña viven ajenas a sus problemas. Nosotros hemos entrado con valentía, fuerza, ganas y hablando de las cosas del comer. Y esto es lo que ha hecho que hayamos tenido este resultado.

¿Cómo afecta a los 11 diputados de Vox en el Parlament el cordón sanitario? 

A nosotros nos da igual. Vamos a la nuestra. No hemos ido al Parlament a hacer amigos. Hemos ido a hablar de los problemas de los catalanes, a plantarle cara al separatismo y a desmontar sus estructuras o, al menos, contribuir a que la gente sepa que están organizados como una auténtica mafia. Ya sabemos que no nos van a saludar o que van a votar siempre en contra de nuestras propuestas, pero con eso se retratan ellos. Esta semana hemos propuesto que el Govern asume los costes sanitarios de un enfermo con residencia en Cataluña que tenga que irse a tratar fuera a otra región o a otro país. Pues han votado en contra a pesar de que es algo de sentido común. Hace dos semanas presentamos una propuesta para aumentar las ayudas a los enfermos de ELA y también votaron en contra. Hemos pedido que incrementen los recursos para luchar contra los matrimonios forzados en el entorno islamista porque hay muchas niñas que están siendo víctimas de esta asquerosidad y también votaron en contra. Por ese cordón sanitario votan en contra de todo lo que proponemos aunque sean cosas de sentido común. 

Pero ellos han hecho campañas contra los matrimonios forzosos.

Sí, pero ahora lo estamos liderando nosotros y ellos no quieren entrar al trapo porque las comunidades islamistas pueden molestarse con el Govern. Para no enfrentarse con ellos, votan en contra de Vox. Es así de repugnante. En Cataluña se están dando no pocos casos y cada vez van a más. Son personas con una visión fundamentalista del islam y ven razonable y normal casarse con una niña de ocho años. Es una auténtica salvajada pero en el Parlament dicen no a votar contra esto. Así que el cordón sanitario solo sirve para retratar su sectarismo, su estupidez y su enanismo intelectual. Pero no pasa nada. 

¿Cree que volveremos a vivir otro otoño como el de 2017?

Si España sigue ajena al problema catalán y seguimos con un presidente como Pedro Sánchez, que está absolutamente arrodillado ante el separatismo, esto seguirá creciendo. No se puede descartar que lo de 2017 vuelva a suceder. Y serán más peligrosos porque vienen con la lección aprendida del golpe anterior. Llegarán con menos debilidades, cometerán menos errores y estarán mejor organizados que en 2017.

Si algo tenía claro Jordi Pujol es que nunca pactaría con ERC. Siempre los mantuvo como un partido testimonial y anecdótico

Antonio Gallego

¿Usted piensa que el enfrentamiento entre ERC y Junts es real?

Creo que es incluso mayor de lo que se proyecta. Si algo tenía claro Jordi Pujol es que nunca pactaría con ERC. Siempre los mantuvo como un partido testimonial y anecdótico. Las bases tradicionales de lo que era Convergència eran todo lo contrario y siempre se han mirado mal. Yo hace un par de semanas me reía viendo su pelea en el pleno del Parlament. ERC y la CUP querían expropiar terreno agrícola ejerciendo el derecho de tanteo y Junts representaba a la terra, al propietari. Ellos han sido siempre propietarios y ahora vienen estos bolcheviques a hacer de estas tierras terrenos públicos (risas). Hicieron un discurso que estuve a punto de aplaudir (risas). 

Pero hemos visto esto también con el Aeropuerto del Prat. 

Sí, con este asunto se ha visto hasta qué punto es un gobierno Frankestein. Tienes a Junts, que es la derecha política. ERC, que es la izquierda. Y la CUP, que está en el caos. Era prácticamente imposible poner de acuerdo a todos estos actores. Ahora mismo Cataluña está en manos de la gente del no a todo. Ni aeropuerto, ni Hermitage, ni nada. La realidad es que nadie sabe ahora mismo qué lidera Cataluña, cuáles son nuestros proyectos tractores. Solo se conoce lo que lloran y lo que se quejan. Y al final estamos en una situación de decadencia y empobrecimiento de la que se están beneficiando otras comunidades. 

Para acabar, ¿cree que habrá adelanto electoral?

Mire, esto es como ir por la carretera y ver a un coche de frente. No sabemos qué te va a hacer el loco. Hablamos de gente que hace siete días tenían los Presupuestos atados con la CUP y una semana después habían cambiado de socio. Son poco equilibrados. No se puede descartar un escenario de elecciones pero es muy difícil intuir lo que puede pasar. 

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