Que Jan Laporta es un fanático separatista es algo que pocos dudan en Cataluña. Lo que sí ha sorprendido este sábado ha sido que haya puesto el Barça al servicio de la rehabilitación pública del presunto corrupto Jordi Pujol. Lo ha hecho a pocos meses de que el clan Pujol-Ferrusola al completo (solo la matriarca se salvará por su delicado estado de salud) tenga que comparecer ante la Audiencia Nacional por su supuesto afán de meter mano en la caja de lo público para su propio beneficio.
La imagen de Laporta ayudando a Pujol en el palco de Can Barça durante el derby contra el Español ha cosechado más críticas que aplausos. Y es que la figura de Pujol produce rechazo hasta entre los suyos, tras conocerse los tejemanejes de los que son acusados él mismo y sus familiares. Sin embargo, medios como Monsport han defendido el gesto, asegurando que Laporta y Pujol mostraron en su encuentro «una imagen de cordialidad y buena sintonía«.
Sin ‘Els Segadors’
Aclara el digital que, en esta ocasión, Laporta evitó poner Els Segadors como himno porque esto está reservado para el presidente de la Generalitat. Sin embargo, el autor del texto, Joan Pol Alcaraz, sí puntualiza que Laporta «ha dado un nuevo paso adelante en la mejora de las relaciones entre el club y el país, que se había visto deteriorada después del paso por la entidad blaugrana de Josep Maria Bartomeu y su junta directiva». Pone como ejemplos de este deterioro el negarse a hacer sonar Els Segadors en el estadio o que le retirara el asiento de honor en el palco al inhabilitado Quim Torra.