El diputado y portavoz de Ciutadans en el Parlament, Nacho Martín Blanco ha pedido a la consellera de Universitats, Gemma Geis que deje de empuñar la bandera de la libertad de expresión en nombre de la universidad pública porque «la libertad de expresión es un derecho fundamental individual de las personas y no de los colectivos. Mucho menos de las instituciones ni las corporaciones».
«La libertad de expresión es un derecho fundamental individual de las personas y no de los colectivos. Mucho menos de las instituciones ni las corporaciones».
Para Martín Blanco, Geis comparte con Quim Torra «seguramente, entre muchas otras cosas, la confusión o cacao mental sobre lo que significa la libertad de expresión», un derecho que, recrimina el diputado de Cs, utilizan en nombre otros sin ningún tipo de legitimidad. Martín Blanco se ha referido, en este caso, a la «vulneración de derechos o atropello» que se produce cuando «un órgano de gobierno de una universidad expresa una opinión y, por tanto, vulnera el derecho a la libertad de expresión y la neutralidad ideológica del conjunto de la comunidad universitaria».
Para Martín Blanco, Geis comparte con Quim Torra «seguramente, entre muchas otras cosas, la confusión o cacao mental sobre lo que significa la libertad de expresión»
Lo que una universidad pública no puede hacer
«Por supuesto que un rectorado de una universidad pública no puede posicionarse en contra de sentencias judiciales, no puede ponerse a favor de una causa ideológica concreta, no puede utilizar simbología partidista en sus actos», ha denunciado Martín Blanco. No puede pero lo hace, y lo hace en nombre de toda una comunidad formada por muchas personas que no solo no se sienten representadas, sino que consideran estos posicionamientos y opiniones, sencillamente inaceptables.
Y guerras imaginarias con problemas que no existen
Otra de las cuestiones que el diputado de la formación naranja ha vuelto a poner sobre la mesa es esa guerra imaginaria de la lengua en las universidades. «Donde no hay problemas es en las universidades con relación a la lengua. En cambio, ustedes se los han inventado ahora porque, a su parecer, el 80% de las asignaturas no se hace en castellano». Con este argumento, insiste Martín Blanco lo que hacen ustedes es «meter mano también allí e intentar exigir que en las universidades públicas catalanas el castellano quede arrumbado y en una condición de lengua, prácticamente, extranjera».