Recientemente, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, sufrió un escrache por parte un concejal de la CUP por la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno, que el líder republicano defiende como una oportunidad «económica» pero que los antisistema rechazan por su impacto medioambiental. Lo llamativo del caso es que, ahora, la nueva revuelta contra el plan olímpico del president procede de sus mismas filas: las Juventudes de Esquerra Republicana.
Así, en un comunicado hecho público ayer en redes sociales, dichas juventudes han manifestado su oposición al proyecto deportivo en unos términos muy similares a los de la formación ultra. Según los jóvenes, «los Juegos Olímpicos de Invierno pueden agravar todavía más la crisis ecológica y la precariedad juvenil que vivimos». Asimismo, han equiparado la iniciativa a la ampliación del Aeropuerto del Prat por ser la «continuación de un sistema caduco que fundamenta un modelo económico poco productivo e insostenible, basado en un monocultivo turístico que solo ha aportado desigualdad y pobreza a la población de los Países Catalanes».
Las juventudes piden en su lugar «servicios públicos e infraestructuras», así como escuchar «al territorio y su singularidad». Finalmente, han terminado con la proclama: «¡Por unos Países Catalanes vivos y sostenibles, defendamos el Pirineo!».