«Llibertat, amnistia i estatut d’autonomia» es el lema más conocido de los usados por la Assemblea de Catalunya. Una entidad fundada hace 50 años contra la dictadura franquista y que logró agrupar en su seno a toda la izquierda catalana y a buena parte del nacionalismo. A algunos de ellos homenajeó esta semana la presidenta del Parlament, la ultra Laura Borràs, en un evento en el que intentó, como era de esperar, convertir al actual independentismo en los antifranquistas de entonces, aunque muchos de los protagonistas del separatismo catalán del siglo XXI sean descendientes de aquellos contra los que hoy dicen que luchaban.
Entre los no invitados se encuentra Raimon Obiols, quien no ha dudado en echar mano de Twitter para, tirando de ironía, afearle el gesto a Borràs. La presidenta, que tiene tablas en aquello de hacer frente a las críticas, por mucha razón que estas tengan, ha utilizado la misma red para responderle.
Las mentiras de la presidenta
Rechazo a la actitud de Borràs han mostrado también los miembros del PSC en la Mesa del Parlament, Assumpta Escarp y Ferran Pedret. Lo han hecho mediante una carta en la que han recordado a la presidenta de la Cámara autonómica que quisieron aportar algunos nombres para ser invitados y que ella no lo permitió. También le han afeado el intento de «establecer un paralelismo entre la dictadura franquista y la actual democracia«, algo que «no solo no resiste el mínimo análisis histórico o político, sino que hubiera sido más difícil de hacer si se hubiera invitado a intervenir o a asistir a una representación más plural de las personas que en su día formaron la Assemblea de Catalunya».
En el mismo escrito, Escarp y Predet recriminan a Borràs por haberse excusado asegurando que «el acto fue autoorganizado» por miembros de la Assemblea de Catalunya. Algo que consideran imposible porque «no existe ninguna organización representativa que los agrupe». Los socialistas consideran que Borràs confió la organización a «algún grupo concreto», algo que consideran que carece de «sentido institucional» y que vulnera «la necesaria pluralidad».